La capilla ardiente del matador de toros Antonio Chenel “Antoñete”, fue instalada en una estancia de la Monumental de Las Ventas velado por su segunda esposa, el hijo de ésta, Marco Antonio y sus seis hijos restantes. A darle el último adiós acudieron gran número de aficionados, toreros, ganaderos, comisarios del Cuerpo Superior de Policía, que presiden los festejos en la plaza de Madrid y la presidenta de la CAM Esperanza Aguirre le impuso la Gran Cruz del Dos de Mayo, acompañada del Vicepresidente de la CAM Ignacio González, que entregaron como depositario al menor de sus hijos.

 

A las cuatro de la tarde se puso en marcha el cortejo fúnebre y fue sacado en hombros por la Puerta Madrid de la Monumental (que actualmente se acostumbra a decir “Puerta Grande”).

 

Fue el homenaje póstumo que merecía tan grandioso torero madrileño por poner “el toreo” en un plano elevado de excelsa calidad lidiadora.

 

 

José Julio García

Decano de la Crítica Taurina

Periodista – Escritor

Escalera del Éxito 103