No me explico cual es la situación de la afición taurina actual. En los festejos de la Feria isidríl se registran llenos en la Plaza Monumental de Las Ventas y después desaparece. Llevo 72 años asistiendo con asiduidad a los festejos en este coso madrileño de mis amores taurinos y nunca he visto la plaza tan vacía de público como en esta novillada. El cartel era  uno más que ofrecía sus atractivos, que no justifica esa deserción. ¿Cuales pueden ser la falta de presencia, no se decir de aficionados o, de público?. Vamos a echar la culpa a la ola de fuerte calor que venimos padeciendo, pues no quiero pensar en otros derroteros. Del precio de las localidades no puede achacarse, porque en la Plaza de Madrid, es donde puede presenciarse una corrida de toros o novillos, por un precio razonable o más barato que en cualquier otra.

 

Centrándonos en  el desarrollo de esta  novillada: Se corrieron reses de la ganadería gaditana de  Hermanos Torres Gallego encaste Núñez, Camacho y Núñez del Cuvillo. Encierro bien presentado y con nobleza, cumplieron en varas, auque alguno se repuchó, otros derribaron. Los diestros dejaron ver decisión y buenos momentos toreros.

 

Francisco Montiel recibió al primero a portagayola. El novillo llegó a la muleta con desigual embestida, se entregaba o tardeaba. Perfilado al hilo de pitón, dejó una estocada, entrando con el brazo suelto, que fue definitiva. Fue ovacionado. El cuarto de salida se fue suelto barbeando las tablas. En la segunda vara se repuchó y ante la muleta se vencía por el pitón izquierdo y corto de arrancada. Quedó para el arrastre de pinchazo sin soltar, pinchazo, estocada ladeada, aviso y dos descabellos.

 

Jesús Fernández de Sant Boi de Llobregat (Barcelona), que como están las cuestiones taurinas en Cataluña, ser torero es un gesto grande de afición y hasta romántico, debió ser ovacionado al final del paseíllo y obligado a salir al tercio a saludar a recoger el reconocimiento de la afición ante su postura en tierra extraña al toreo, por falta de sentido español de sus autoridades. Pero faltaron los cabales y los pocos que se encontraban en el tendido tenían las ideas en el fuerte calor que hacía y en secarse el sudor.

 

Recibió al Segundo con una larga cambiada de rodillas al tercio, saliendo arrollado. El novillo cumplió en varas y el diestro se le vio vo­luntarioso y con ganas de hacer. El astado ante la muleta iba bien por el derecho. Por el izquierdo se quedaba corto y derrotaba. Se acabó de pronto y con el brazo suelto peleó  media estocada quedándose en la cara del animal, pinchazo y estocada sin puntilla. Saludó desde el tercio. El quinto se repuchó en varas y recargó. Ante la muleta no fue claro y derrotó. Lo desarmó por dos veces. Lo despachó de estocada trasera y descabello.

 

Emilio Huertas se le ve puesto. . El tercero abanto de salida, en varas se soltó de la primera y empujó y derribó en la segunda y empujó en la tercera  se fue suelto hasta los capotes. Faena dominadora con tandas ligadas por el izquierdo. Entrando con el brazo suelto dejó una estocada perpendicular que fue suficiente. Los numerosos fallos del puntillero causaron mala impresión. El diestro fue premiado con vuelta al ruedo. El sexto incierto en la arrancada se iba de uno a otro capote. En varas le picaron en la querencia de toriles, sin hacer por el caballo. Al fin entró al caballo y le pegó el varilarguero. Obligándolo con la muleta logró ligar pases que tuvieron como colofón cuatro pinchazos, aviso, dos pinchazos más y enroscada.

 

Y después a reflexionar: ¿Hay afición verdadera o no? El tiempo dará la respuesta.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

José Julio García

Decano de la Crítica Taurina

Periodista – Escritor

Escalera Del Éxito 103