Con una tarde desapacible por el viento frío que soplaba que molestó también en el ruedo a los diestros Alberto Durán, Raúl Rivera y Conchi Ríos. La plaza registró un cuarto de entrada, o como dicen los castizos, los de la música y los de acá.

 

Alberto Durán, de Zamora, demostró estar suelto con capote y muleta. A su primero que tenía poca fuerza pero embestía noble y humillado le ligó tandas de derechazos y naturales. Entrando a matar con el brazo suelto dejó una estocada perpendicular. Al cuarto lo veroniqueó con buen estilo, el novillo peleó en varas con celo y al salir de la suerte sufrió una voltereta. La faena de muleta con pases ceñidos y la envestida ideal del novillo resultó larga de ejecución tras un pinchazo, sonó un aviso, cobró otro pinchazo y dejó una estocada perpendicular y ladeada. Salió al tercio a saludar, el novillo que por su condición era de indulto, mereció la vuelta al ruedo, pero el homenaje quedó en aplausos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El toledano Raúl Rivera veroniqueó con gran estilo al segundo que peleó bien en varas empujando con los riñones. Lo banderilleó con tres pares al cuarteo. Con buenas manera jugó la muleta siempre molesto por el viento, entrando con el brazo suelto dejó un pinchazo y una estocada acabando de dos descabellos. El quinto otro buen novillo por su embestida noble y repetida lo banderilleó de dos pares al cuarteo y uno al violín, el muleteo largo y molestado por el viento no logró lucimiento y sonó un aviso. Entró a matar  dejando media estocada, otro aviso y remató con descabello.

 

Conchi Ríos, torera murciana, se vió molesta por el viento al lancear al tercero. El novillo apretó en varas y en un quite el toro se cayó aunque llegó bien a la muleta, humillando y embistiendo con fijeza. Sin confiarse ligó pases que no alcanzaron relumbrón, a la hora de matar atacó con el brazo suelto dejando una estocada corta y ladeada. Sonó un aciso y acabó de dos descabellos. Al sexto lo recibió con el capote pero sin entregarse, al iniciar la faena de muleta cayó en la cara del novillo sin que este hiciera por ella. Faena deshilvanada y desconfiada que remató de un pinchazo y una estocada corta. Tiritando con el ambiente frío abandonamos la plaza en busca de un café reconfortante.

 

 

José Julio García

Decano de la Crítica Taurina

Periodista – Escritor

Escalera del Éxito 103