En este festejo isidril confirmó su antigüedad en el registro gana­dero, la divisa toledana de Francisco Medina de «El Montecillo», encaste Juan Pedro Domecq, lidiados bajo una fuerte lluvia que llenó los tendidos de paraguas e impermeables. El juego de los astados fue desigual, aunque  no muy sobrados de casta.

 

Uceda Leal que toreó su tercera corrida en la Feria, en esta ocasión en sustitución del vallisoletano Leandro cogido el día anterior, se mostró decidido dejando ver sus dotes de torero de clase, temple y consumado estoqueador, como mandan los cánones. El primero un buen toro le toreó con gusto y buenas maneras, lo tumbó de una estocada, saludando desde el tercio. El cuarto deslucido y con peligro lo dominó y se lo quitó de en medio de una estocada.

 

Iván Fandiño que ocupó el puesto de Curro Díaz herido en la Feria de Sevilla, se le vio que venía con ganas de hacerse notar y en la línea de hacer y merecer. Llegó al público en su faena al segundo que iba bien aunque falto de casta, él puso coraje y decisión y al matar entrando con el brazo suelto dejó una estocada que fue definitiva y le concedieron una oreja. El quinto descastado, pese a sus buenos de hacer, no pudo hacer más y atacando con el brazo suelto le asestó una estocada que fue suficiente y salido desde el tercio.

 

El albaceteño Miguel Tendero pechó contra la mansedumbre de un toro rajado que lo mandó al desolladero de una estocada con el brazo suel­to. El sexto descastado, lo trasteó para acabar de una estocada delantera administrada con el brazo suelto.

 

Y ya con los paraguas recogidos abandonamos la Plaza.

 

 

 

José Julio García

Decano de la Crítica Taurina

Periodista – Escritor

Escalera del Éxito 103