Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de Julio Pacheco, ex director del centro de asuntos taurinos de la Comunidad de Madrid. El comienzo del festejo hizo temer que los novillos de Francisco Javier Arauz de Robles que pastan en dehesas de Jaén y proceden de la rama familiar de los Arauz de Robles iban a poner inconvenientes ante la lidia por flojedad de remos. El primero fue devuelto al corral por manifiesta falta de fuerza. En su lugar salió un sobrero de la divisa de Benjamín Gómez Martín, que embistió con nobleza. El resto del encierro acusó flojedad de remos con genio en la embestida dando juego no muy lucido. Anunciado el madrileño Juan Miguel Benito «Juan Miguel» en los carteles justificada su ausencia se le sustituyó por el diestro palentino de Villada Diego Fernández que completó la terna con el madrileño Víctor Tallón y el albaceteño Manuel Cuenca.

Diego Fernández tras la devolución al corral del primero se las vio con el sobrero de embestida aceptable. Jugó bien el capote por verónicas templadas de buen estilo. Con la muleta cuajó una faena torera que remató de una estocada haciendo bien la suerte. Fue aplaudido. El cuarto flojo de manos y con poca fuerza le muleteó bien por la mano izquierda la que era la buena embestida del novillo y ligó destacados naturales. Por el pitón derecho se quedaba corto y deslucía el pase. Lo despachó de pinchazo y media estocada siendo aplaudido.

Víctor Tallón que posee un estilo torero de buen corte con mando y temple. Dejó ver su clase torera con el segundo a través de una faena ligada que alargó y escuchó un aviso. Acabó de dos pinchazos y una estocada haciendo bien la suerte. El quinto flojo de manos embestía descompuesto, como no había nada que hacer lo despachó de pinchazo y estocada. Fue ovacionado.

Manuel Cuenca torero bullicioso y valiente, se lució por verónicas ante el tercero, lo banderilleó con soltura sin que faltase el par al violín y lo muleteó con voluntad para rematarlo de un pinchazo y estocada atacando con el brazo suelto. Escuchó aplausos. El sexto peleó bien en varas, lo banderilleó con voluntad y decisión pero con menos acierto que en su actuación ante el tercero. La faena de muleta fue voluntariosa de circunstancias y atacando con el brazo suelto cobró cinco pinchazos y el toro se acostó rematando el puntillero. Hubo aplausos.

Para terminar signifiquemos tuvo un cuarto de plaza muy justo y no vimos en el tendido niños que pueden ser los aficionados del futuro. Pero las cosas están así. A ver si tienen remedio.

 

José Julio García
Decano de la Crítica Taurina
Periodista – Escritor
Escalera del Éxito 103