Se cumplen 30 años de su fallecimiento

Por Ladislao Rodríguez Galán

Hoy día 6 de Octubre se cumplen 30 años del fallecimiento de mi querido padre el fotoperiodista Ladislao Rodríguez Benítez «Ladis» que nos dejó tras una larga trayectoria profesional. El hombre se fue pero queda su obra. Y que obra. Nada más y nada menos que imágenes históricas del cambio experimentado por la ciudad en las décadas de los años cincuenta y sesenta. Unas décadas en la que regía los destinos de nuestra ciudad un gran hombre y un gran alcalde Antonio Cruz Conde con una visión de futuro impresionante y una capacidad enorme para desarrollar proyectos en beneficio de Córdoba.

Y si España estaba todavía inmersa en la recuperación de una guerra fratricida y luchaba por salir adelante ¿Cómo es posible que una ciudad del Sur, callada y sola, como dice el romance, tuviera tanta fuerza en el Gobierno para recibir fondos para cambiar su fisonomía? . Esta es la respuesta: el suegro de Cruz Conde era el Conde de Vallellano,  Ministro de Obras Públicas ( y manejador de dinero para inversiones)  y no puso obstáculo a todo lo que le pedía. Así que se juntaron dos voluntades: la del Alcalde de pedir para la Córdoba de su alma y la del suegro de complacer al yerno. Un binomio que cambió una ciudad casi rural en una urbe mas espaciosa y abierta al mundo. Y comenzaron a venir personalidades y empezó a sonar Córdoba fuera de nuestras fronteras.

Pues bien, en aquellos años, mi padre trabajaba para el Ayuntamiento y Cruz Conde le encargó un trabajo precioso: fotografiar las calles, tacones, restauraciones de monumentos  y zonas históricas, antes de la restauración, durante y después. Mostrando todo el proceso.

Y gracias a esa labor quedaron instantáneas que hoy tienen un valor incalculable. Y es que, entre otras cosas, las fotografías con el paso del tiempo se convierten en históricas. Incluso las que se hacen en casa en reuniones familiares, dejando imágenes irrepetibles para el recuerdo.

En el XXV aniversario de su fallecimiento (2013) le rendí un cariñoso homenaje con la exposición “Un momento, por favor”, en el Palacio de la Merced mostrando al público parte de su archivo fotográfico. La muestra  resultó un rotundo éxito.

La selección de fotografías me supuso, durante varios meses, aparte del lógico trabajo y dedicación, una satisfacción enorme al reencontrarme con vistas de la ciudad, que a pesar de los años transcurridos, aún conservo en mi memoria, habiendo hallado otras que me descubrieron una ciudad totalmente desconocida para mí.  En las imágenes que seleccioné para la exposición se aprecia como muchísimas zonas y monumentos recobraron su esplendor gracias a una profunda reforma urbanística que cambiaría Córdoba como no había sucedido en décadas.  Se rescató de la ruina, por ejemplo,  el Alcázar de los Reyes Cristianos con la construcción de los estanques de los jardines y restauración de las estancias interiores. Respecto al callejero, por ser muy conocidas y transitadas, seleccioné una serie de  calles que han experimentado un cambio radical, como fue el nacimiento de la barriada de Ciudad Jardín con sus calles Costal Sol, Camino de los Sastres,  Colina y Burón y otras, sin olvidar la Avenida de La Arruzafa, Fray Albino, las Ollerías, Zumbacón y muchas más.

La vida oficial también tuvo su presencia en la muestra con diversos actos como la inauguración del Aeropuerto, de los Museos Arqueológico,  Bellas Artes, Taurino y de Arte Cordobés,  instituto Séneca, Parador Nacional de La Arruzafa y la Universidad Laboral entre otros.

El deporte de la época, tuvo lógicamente su rincón: partido de Rugby en el Arcángel,  vuelta ciclista a España, lucha libre en la plaza de Los Tejares y bendición del campo de fútbol de San Eulogio con la presencia del Real Madrid.

No podía faltar la Córdoba taurina, cuya selección comienza con la inauguración de la Escuela Taurina (1949), Becerrada homenaje a la mujer cordobesa (1960) presidida por un joven novillero llamado Manuel Benítez “El Cordobés”, que aparece además en varias instantáneas  históricas ligadas a su vida profesional y personal. También está presente la plaza de Los Tejares.

Entierros multitudinarios también se mostraron como el del obispo Fray Albino, y los toreros Rafael González “Machaquito” y Manuel Calero Cantero “Calerito”, cuyas instantáneas dejan claro el dolor de la ciudad.

En esta década, prodigiosa para Córdoba, fueron infinidad las visitas internacionales que se acercaron a ver una ciudad que se comenzaba a vender allende nuestras fronteras: Rey Hussein de Jordania (1955),  Mohamed V, Sultán de Marruecos (1956), Rey Faisal de Arabia (1956)… Personalidades de la talla de los doctores Fleming y Marañón. Así hasta más de de doscientas instantáneas, de obras,  del río, callejeras, mercado central de la Corredera y otras curiosas como el hombre con veinticuatro dedos.

El año 2017, al conmemorarse el centenario del nacimiento de Ladis (15-5-2017), la Diputación  mostró gran sensibilidad con el legado de este insigne cordobés editando un libro donde se muestra gran parte de la diversidad gráfica profesional de su agitada labor como fotoperiodista. Un libro que es una crónica de su intensa vida al servicio de su enorme pasión: la fotografía.

Pasión que me transmitió a mí, con todo su cariño y dedicación para que yo pudiera seguir sus pasos. Gracias a su empeño y enseñanzas yo soy un enamorado de la fotografía y en mi vida he conseguido hacer lo que más me ha satisfecho, vivir para y por la fotografía. Me aconsejó que nunca saliera a la calle sin una cámara de fotos «Las fotos de prensa surgen, no se programan y hay que estar preparado», me decía. Y ese consejo me ha permitido conseguir instantáneas de gran impacto informativo, que hoy forman parte de mi archivo.

Hoy, treinta años después de tu partida, sigues estando en mi corazón y sigo teniendo presentes tus sabios consejos y me siento muy feliz de ver como se engrandece tu obra con el paso del tiempo.

Papá fuiste un  andaluz, que presumía de ser cordobés. Y yo me siento orgulloso de que junto con mamá, me trasmitieras esos valores que hacen grandes a los hombres de bien. Un beso.