Se han tejido una serie de comentarios de toda índole con relación al sistemático ataque a los  toros a nivel mundial, que no es como se ha querido disfrazar con la supuesta “protección de los animales” o “el maltrato”, este es el disfraz o fachada que se le da para exponer estas supuestas muestras de “amor” pero, la realidad, la verdad verdadera, no es otra más que el incremento comercial que se ha despertado con las mascotas y ahí por ello donde reside ese “sentimiento amoroso”, hay transnacionales con sus actividades comerciales detrás de estas supuestas “defensas al reino animal” que se traslucen en miles de dólares, dado ese amor filial de las personas hacia sus mascotas que han sabido encausar muy bien para su explotación. En nuestro país se viene socavando la fiestas de los toros desde el centro, caso Nuevo Circo de Caracas, cerrado hace nueve años, es hoy un  albergue de desadaptados sociales, drogómanos  y gentes de malas costumbres con una supuesta vitola de estudio de artes, estando en el abandono total y en sitio indeseable para la colectividad, en la provincia por decretos municipales de un plumazo se ha acabado con ferias taurinas que son atracción turística,  ingreso de divisas y fuentes de trabajo para propios y extraños que evitan el incremento de la delincuencia y malas costumbres, el más reciente de estos ataques lo sufrió la Feria de San Felipe, un festejo con una tradición de más de 50 años, un alcalde con “ideas revolucionarias trasnochadas” se atrinchero allí para zangar de  un plumazo y eliminar las corridas de toros, sabrá Dios con que fines inconfesos que pudieran ser de interés personal, como así ha ocurrido en otros ámbitos, caso de la plaza de toros Santa María de Bogotá (Colombia) donde el “flamante” Alcalde Gustavo Petro emitió un decreto para eliminar las corridas de toros en la capital colombiana (no se sabe si movido por el amor a los dólares de las transnacionales) ante ello la afición taurina y los interesados en general de la actividad consiguieron una RESOLUCIÓN oficial de la Corte Superior determinando el que vuelvan los toros a la Santa María de Bogotá en el año 2016 pero, aún así el necio Alcalde insiste en convocar a un referéndum para determinar la situación en discusión, que no debería ser tal, porque tengo entendido que por encima de la Corte no puede existir otro ente superior.

Esta es la razón cierta y el interés despertado para la “defensa de los animales” el querer acabar con costumbres, tradiciones y cultural ancestral de los pueblos por el interés “al vil metal”. Debemos acotar que los espectáculos y organizaciones taurinas enfocan, han contribuido y contribuyen desinteresadamente a mantener obras de caridad y beneficencia para la colectividad algo hasta el presente que no se ha visto como un paso esperanzador y que ello abriera la buena intención y el salir del anonimato, de los supuestos “defensores de los animales” a quitarse el disfraz de las ocultas intenciones de las transnacionales que se valen incluso de la parte política y son pasto fácil para comprar a los nuevos gobernantes de muchas regiones que son tierra fértil para el soborno para llevar a cabo sus  aviesas intenciones sin medir el daño al patrimonio de los pueblos por su crasa ignorancia y su feroz apetito al dinero fácil. 

Imagen: José Mª Fresneda