Artículo de Lorenzo Gallego Castuera. Escalera del Éxito 87

Os voy a contar como llegó al pentagrama, hace dieciséis años, el pasodoble con matices tore­ros y aflamencado, al que su autor, el joven Juan Carlos de la Fuente y Santiago ti­tuló: «Crisfer».

Un músico, Juan Carlos de la Fuente, bien dotado musicalmente para la composición y dirección, toda vez que desde el año 1994 está al frente de la Banda de Música de Ávila. Y a fe que el joven músico de El Tiemblo, que fuera alumno aventajado y pre­dilecto del músico tembleño, el maestro Andrés Piquero, ha conseguido amalgamar y ensamblar a veteranos y noveles, consiguiendo con ello que hoy, Ávila, cuente con una excelente Banda de Música de la que los abulenses se sienten muy orgullosos.

Cuesta creer que bajo tan enigmático título de «Crisfer», se oculte un pasodoble fla­menco y torero, y sin embargo, así es. Pincelada flamenca que se le da muy bien al joven Juan Carlos, como 10 demuestra también su otro pasodoble, «Mis muchachos» que dedicara a los componentes de la Banda que dirige.

Un pasodoble, «Crisfer», cuya historia, tan humana como paternal, cuando la co­nocí, me conmovió y me obligó a pensar que, tal vez, su autor lo concibió y compuso obedeciendo más a impulsos de su corazón que a inspiración musical, que sí que la tiene, acabando por plasmarlo en el papel pautado del pentagrama con el cariño que todo buen hijo, como él, podía sentir por sus padres: Cristina y Fernando.

El autor de «Crisfer», a la hora de titularlo, tan vez sin pensárselo, jugó a combinar sílabas al igual que ocurriera con el famoso pasodoble de «Ragón Falez». Y así, com­binando la primera sílaba de Cristina -su madre- con la primera de Fernando -su padre-, surgió tan enigmático título.

Una partitura torera con solos de flamenco de trompeta y saxofón alto, compuesto en el año 1992 y estrenado el 27 de marzo de 1993 fuera de nuestras fronteras. Sus toreros y flamencos compases rasgaron el aire y sonaron por primera donde menos podía imaginarse sonase un pasodoble toreros y flamenco, en Manila (Filipinas), y fue interpretado por la Banda de Música del Buque Escuela de la Armada Española, «Juan Sebastián Elcano».

Original estreno que guarda cierta similitud y paralelismo con el estreno del paso­doble de «La Giralda». Si los toreros compases de tan universal pasodoble no se escucharon inicialmente a la vera de la popular torre sevillana que le diera nombre, ni las aguas de un río tan torero como el Guadalquivir discurrieron con torería a los acordes de tan garbosa marcha andaluza, tampoco los flamencos y toreros compases de «Crisfer» se escucharon, el día de su estreno, a la sombra de las ciclópeas y mo­numentales murallas de Ávila, ni las siempre tranquilar y sosegadas aguas del río Adaja, discurrieron en torero paseíllo a los compases de sus vibrantes y flamencas Notas.

Hoy «Crisfer», es partitura de obligada inclusión en el repertorio torero de la ciudad de la Santa Teresa. Ciudad mística y torera a la vez, donde «Crisfer» es siempre bien acogido y escuchado con auténtica delectación.