Grandes profesionales de diversas disciplinas se rinden a los pies de la tauromaquia. Muchos de ellos le han dedicado parte de su carrera o todo el ejercicio de su profesión a estudiarla y han hecho grandes aportaciones para fundamentarla, rendirle culto, preservarla pero sobre todo enaltecerla.

Un escritor, Fernando Savater

«Sí, en el toreo está presente la muerte, pero como aliada, como cómplice de la vida: la muerte hace de comparsa para que la vida se afirme.»

El escritor y filósofo español ha producido alrededor de 50 obras e incontables artículos traducidos al inglés, francés, sueco, italiano, portugués, alemán, japonés y danés. Obtuvo el Premio Nacional de Ensayo en 1982, el VIII Premio Anagrama de ensayo por Invitación a la ética, el premio de ensayo «Mundo», el Premio Francisco Cerecedo de periodismo y fue finalista en 1993 del Premio Planeta con su novela El jardín de las dudas, sobre uno de sus autores preferidos, Voltaire, y en 2008 ganador del Premio Planeta con La hermandad de la buena suerte.

Savater también es profesor en la facultad de filosofía de las Universidades de Madrid y Euskadi, y articulista en el diario El País.

En 2010 presentó un ensayo llamado Tauroética a raíz del debate taurino en el Parlamento catalán. En general, la obra es una reflexión sobre la relación entre hombres y animales y aunque se ha declarado aficionado a la Fiesta, el libro de Savater no es a favor de las corridas de toros, si no que desarma las teorías animalistas. En él aborda la relación con los animales y cómo no se pueden aplicar con éstos los mismos criterios morales que en la relación con las personas.

Un director de cine, Günter Schwaige

Como muchos aficionados el austriaco Gunter Schwaige  sucumbió al encanto de la Fiesta Brava luego de asistir por primera vez a una corrida de toros. Fue tal su impresión que dedicó tiempo a estudiar el mundo de la tauromaquia. Combinó su profesión de cineasta con su afición a los toros al crear el documental Arena. Su principal objetivo era explicar los valores de la Fiesta y la necesidad de conservarla como algo único y excepcional en la cultura universal. Arena pone al descubierto las manifestaciones populares que tienen al toro como protagonista. Describe allí la vocación del torero, especialmente la de los novilleros, y la situación que atraviesan las corridas de toros al momento de rodar su película. En octubre de 2009 tuvo lugar la premier en el marco del Festival Internacional de Cine de Viena logrando gran aceptación de crítica por parte del público y el jurado. 

Schwaige estudió etnología y teatro en la Universidad de Viena. Dirige obras de teatro, ópera, cortometrajes y documentales que han participado en festivales internacionales. Ha recibido reconocimientos a su trabajo como el Premio Especial de Artes y Cultura de la Ciudad de Salzburgo.

Un escritor, periodista y político, Vicente Blasco Ibáñez

Blasco Ibáñez, de nacionalidad española,  estudió Derecho, aunque dedicó su vida a la política, al periodismo y a la literatura. Una de sus grandes obras políticas fue Los cuatro jinetes del Apocalipsis, que escribió en 1916 por encargo del presidente francés Raymond Poincaré y que versaba sobre la guerra. Fue el libro más vendido en Estados Unidos en 1919 y el actor Rodolfo Valentino la interpretó en el cine.

En 1908 publicó la novela Sangre y arena inspirada parcialmente en la vida del torero sevillano Juan Gallardo, El Espartero, que murió de una cogida en la Monumental de Madrid en 1894. El propio escritor dirigió una adaptación cinematográfica de su obra junto al director francés Max André en 1916. En 1941 se estrenó la película basada en la novela y dirigida por el cineasta armenio estadounidense Rouben Mamoulian en la que participó la actriz neoyorquina Rita Hayworth, figura emblemática de la edad de oro del cine estadounidense.

Blasco Ibáñez escribió más de 40 obras literarias y al menos una decena de ellas fueron adaptadas para el cine.

 

Un filósofo, Francis Wolff

El filósofo francés Francis Wolff es integrante del comité científico del Observatorio Nacional de Culturas Taurinas, que consiguió que los toros sean declarados Patrimonio Cultural Inmaterial en Francia en 2011. Imparte clases como catedrático en la Escuela Normal Superior de la Universidad de París. Antes ha impartido clases en las universidades de Paris-X-Nanterre, en la de Reims y en la de São Paulo, Brasil.

Sus principales obras son Sócrates (1994), Aristóteles y la política (1997), El ser, el hombre, el discípulo (2000), Decir el mundo (2004) y Filosofía de las corridas de toros (2007).

El eminente filósofo se ha convertido en referencia del movimiento taurino. No sólo en Francia, sino también en España, donde participó en la comisión del Parlamento catalán cuando discutía la abolición de las corridas de toros.

“Sólo hay un argumento contra las corridas de toros y no es verdaderamente un argumento. Se llama sensibilidad”. Así comienza su obra 50 razones para defender la corrida de toros, conjunto de argumentos objetivos contra el antitaurismo desde el punto de vista de la filosofía, de la historia, del arte e incluso de la ecología. Según Wolff el mejor argumento a favor de la Fiesta es que “los aficionados no son crueles, perversos ni sádicos: la primera emoción que se suscita en la plaza es la admiración”. El filósofo francés también alerta sobre un “enemigo interno” de la tauromaquia: “La mala conciencia, el complejo que tienen muchos aficionados de que les gusta algo que no consideran que está del todo bien”.

El filósofo ha sido premiado en numerosas ocasiones por su defensa filosófica de la Fiesta.