Seguidores de la tauromaquia en la capital encontraron un espacio en municipios como Madrid. Líderes animalistas se oponen al fenómeno y señalan que alcaldes desconocen las normas sobre la prohibición de esta actividad.

 

Luego de que el alcalde Bogotá, Gustavo Petro, transformara la Plaza de Toros La Santamaría en un escenario para la cultura, los seguidores de la fiesta brava han encontrado en algunos municipios de Cundinamarca una alternativa. Líderes animalistas han emprendido acciones contra este fenómeno y señalan que el desconocimiento normativo es una de las razones por las cuales los alcaldes no toman medidas para prohibir la actividad.

 

En la Plaza de Toros de Marruecos, ubicada en el municipio de Madrid rumbo a la vía a Subachoque se realizó una corrida el pasado 17 de febrero, llamada “Mondoñedo rinde homenaje a la afición bogotana”. El ambiente que se vivió fue acogedor como en los buenos tiempos de la Santamaría de Bogotá, según anota el matador colombiano Over Gelaín Fresneda, Gitanillo de América.

 

Luis Miguel Londoño Santamaría, creador de la Plaza de toros de Marruecos, está convencido de que la fiesta brava no se va a acabar en el país. Cuenta que la aceptación del fin de semana fue muy buena, pues aunque la capacidad de la Plaza es de 3.000 personas, se adaptaron 1.000 lugares más y la boletería se agotó. “No faltó la queja de algún antitaurino pero pienso que deben respetarnos”.

 

Precisamente los líderes animalistas trataron de evitar esta corrida, como asegura Emiliano Castro, representante de PREA (Asociación Proyecto Ética Ambiental y Animal Colombia). “ Días antes de que se realizara el evento enviamos un derecho de petición pero cometimos un error. Lo dirigimos a la Alcaldía de Subachoque y cuando recibimos la respuesta nos informaron que la plaza de Marruecos hace parte del municipio de Madrid”.

 

Según Castro, este lamentable hecho para los defensores de los animales se generó en que la organización se confundió con la publicidad previa al evento que mencionaba a Subachoque, y además la Plaza de Marruecos queda en los límites con este municipio.

 

Andrea Padilla, representante de Anima Naturalis en Colombia, reconoce que el éxodo hacia Cundinamarca se seguirá presentando y ve en ello una “actitud desafiante de los taurinos”. Añade que hay un desconocimiento de las normas referentes al tema y por esta razón los alcaldes municipales se abstienen de suspender los eventos ante las denuncias de los animalistas. De fondo hay una discusión de interpretación jurídica. “Los mandatarios entienden que la sentencia C-889 de 2012 de la Corte Constitucional les ordena que no pueden prohibir las corridas. Pero lo cierto es que sí pueden suspenderlas cuando no cumplan las condiciones previstas en la sentencia C-666 de 2010”.

 

Los elementos a los que se refiere este la sentencia de 2010 son que las corridas solo pueden realizarse en lugares o municipios donde tradicionalmente se han celebrado, únicamente en la temporada habitual y que las administraciones no pueden invertir recursos para construir nuevos escenarios, explica Castro.

 

Precisamente, el hecho de que la Plaza de Marruecos fuera de propiedad evitó que los animalistas detuvieran el evento.

Otros municipios como Choachí declararon la actividad de la tauromaquia como bien de interés cultural el año pasado. Una herramienta con la cual la administración municipal tiene carta abierta para realizar más corridas y no sólo aquellas que se celebran en las feria a comienzos de enero, como lo explica el alcalde Carlos Cotrino.

 

Por ahora las corridas continuarán en los pueblos cundinamarqueses, en los que hay una tradición de afición y ganadería. Hay empresarios interesados en crear nuevas plazas según dijo el gobernador, Álvaro Cruz. Los animalistas como Castro no pierden la esperanza en que en el futuro habrá oposición de los movimientos animalistas a esta industria.