Con una tarde espléndida en términos climatológicos, se vivió una de las tardes más aburridas de la temporada colombiana… muy poco toreo a caballo en La Santamaría. Sólo un rejoneador que a diferencia de sus dos compañeros no contaba con plenitud de salud, salvó en último momento el poco ánimo de quienes asistieron a la corrida de rejones.

Se lidió un encierro de Dosgutiérrez, propiedad de Don Jorge Gutiérrez; de buena presentación pero con un comportamiento desigual, tendiendo a un comportamiento de mansedumbre; excepto por los dos últimos astados de la tarde. Sin motor y con muy poco picante el encierro que tampoco ayudó para una buena tarde. El quinto tenía condiciones pero en el segundo rejón de castigo, el rejoneador colombiano Jorge Enrique Piraquive, provocó una lesión de uno de sus remos delanteros y tuvo que ser pasaportado rápidamente; y el sexto de la tarde fue bravo, persiguió con calidad a la cabalgadura… en especial en la suerte de la garrocha de Álvaro Montes, este fue el momento más destacado de la corrida.

Como director de lidia estaba el rejoneador de Jaén, Álvaro Montes, quien debido a una infección en una pared de la boca  y tras una cirugía, tuvo una deshidratación severa que fue atendida tras su primer ejemplar en la enfermería con el suministro de oxigeno y suero. En su primero no logró ubicarse en el ruedo, intentó entusiasmar a la afición con su doma de las jacas toreras; sin embargo su limitado estado de salud terminó por vencerlo tras pasaportar de descabello al toro, se llevó las palmas.

En el sexto de la tarde logró cuajar los mejores momentos de la tarde… bueno los únicos buenos de la corrida, cuando ejecutó de muy buena forma la suerte de la garrocha tras recibirle a porta gayola al mejor ejemplar de la tarde; buena colocación de las banderillas y bonita la ejecución de la suerte del violín. Mató de forma efectiva y cortó las dos orejas.

El español Sergio Domínguez es una verdadera vergüenza para una plaza de toros de la categoría de La Santamaría, es un rejoneador frio y con poca idea de lo que se trata el toreo a caballo, muchas de sus colocaciones en tiempo y ubicación defectuosa. La falta de fuerza que acusó el jinete para ejecutar la suerte suprema terminó de colmar la paciencia de los aficionados que con boleta en mano pidieron respeto a su afición. Totalmente abroncado se retiró del coso capitalino al cual seguramente no volverá pronto, a excepción que consiga un triunfo apoteósico en Europa.

Finalizaba el cartel el colombiano Jorge Enrique Piraquive, que no ha tenido evolución en su forma de torear, mucha decisión y voluntad por parte del bogotano, pero eso no bastó para convencer… dejó ir una tarde que hubiese podido ser la oportunidad de un gran triunfo. Hubo buena colocaciones de rejones y banderillas pero la falta de sitio y colocación deslucieron su presentación.

Incidencias: Dos caballos con cornada, uno perteneciente a Álvaro Montes y el otro del colombiano Piraquive. Las cornadas fueron limpias.

Desde Colombia, Informa Carolina Baquero (Directora para América)