Acaban de cumplirse ochenta y ocho años, ni más ni menos, de la efemérides que voy a referir. El matador de toros Ignacio Sánchez Mejias, a la sazón en la cumbre de su actividad profesional, compatibilizaba sus  actuaciones en los ruedos con la de crítico taurino y de sociedad  del diario sevillano “La Unión”.

En el mes de junio de 1925 alternaba en el recordado coso de los Tejares con Zurito y con don Antonio Cañero con ganado de Gamero Cívico, podría decirse que la actuación de los toreros de a pie no fue, más allá de discreta; el rejoneador, por el contrario, si tuvo una brillante actuación.

En la crónica del festejo titulada el diestro metido a periodista define así a la ciudad de Córdoba. . Tras indicar que, la misma Sevilla, cuna de tantos lidiadores, se nos muestra extraña y despegada,  refiriéndose al ambiente grato que se respiraba en nuestra ciudad, venía a decir: .

La corrida organizada en honor de los somatenistas afincados en Córdoba para rendir homenaje al marques de Estella dio pie para que el cronista ensalzase la figura de Rafael Guerra, presente en el festejo. Lo retrata con su clásica indumentaria. Rodeado de fieles y viejos partidarios en el patio de la plaza. Cuando el califa retirado ocupa su localidad se aprecia el respeto del público. < …Y es  que el nombre de Guerrita es para nosotros, en toda ocasión, equivalente a fundamento y maestría en nuestro arte, en este marco, testigo de sus triunfos y armazón de su historia, viene a ser como una divinidad de nuestras creencias profesionales>.

Nota final de la crónica: suenan aplausos en honor del Infante don Carlos de Borbón, capitán general de Andalucía, mientras se escucha la Marcha de los Reyes. .

Bellísima crónica de un torero sevillano que no me he resistido a transcribir. El  intelectual más torero o el torero más intelectual. Ese fue Sánchez Mejias.