Cartel de la Beneficencia de 1946: Gitanillo de Triana, Antonio Bienvenida, Manolete y Luis Miguel en Madrid, Plaza de Las Ventas

Fuente: Víctor José López «EL VITO». A los Toros

Publicado en el libro «REPORTERO TAURINO» por Víctor José López «EL VITO»

Aquella fue la única corrida que Manolete toreó en España en 1946. El hombre estaba cansado por haber cumplido una muy exigente temporada en plazas mexicanas y porque, también, estaba enamorado. Enamorado como un colegial, de Lupe Sino. Manolete no quería guerra, quería descansar, quería vivir a la vera de Lupe y para Lupe y soñaba casarse con su novia.  No así su rival, Luis Miguel Dominguín, el pequeño de los hijos de don Domingo que pedía y quería guerra. No soñaba Luis Miguel con descansar. La Corrida de la Beneficencia de Madrid ha sido por años uno de los espectáculos tradicionales en la temporada de la plaza de toros Monumental de Las Ventas.  Esta corrida ha servido, a través de la historia, para poner las cosas en su sitio y aquella corrida del ´46 no fue excepción. Entre los más destacados capítulos de la historia de La Beneficiencia está de aquella tarde del 19 de septiembre de 1946, cuando el presidente de la diputación, don Mariano Osorio, Marqués de Valdavia, anunció el cartel de Gitanillo de Triana, Manolete, Antonio Bienvenida y el rejoneador jerezano don Álvaro Domecq con toros de don Carlos Núñez.

Tampoco con mujeres.

 Luis Miguel  tenía en la miras a Manolete y entendía que la Corrida de la Beneficencia era la corrida con más categoría de la temporada, y cómo soplaban los vientos iba a quedar fuera del cartel. Era cuestión de política taurina, y como «el niño venía con la escoba«, según palabras de don José Flores «Camará», no había que darle oportunidad a Dominguín «para que barriera»; pero junto a Luis Miguel estaba Domingo González, el padre de Luis Miguel, un taurino de mucha visión.

Domingo  le dijo a Luis Miguel:

 — Miguel, vete al despacho de don Mariano y dile que tú toreas gratis la Corrida de la Beneficencia, que no le costará ni un duro más incluirte en el cartel, y si es necesario, se pagan los dos toros de nuestro bolsillo. Como la corrida es benéfica no creo que se oponga. La gente le vería bien. 

Luis Miguel fue hasta el despacho del marqués de Valdivia.

¡Pero hombre, ya no puedo! Le contestó el organizador del festejo. En la calle han salido los carteles oficiales, se sabe quien torea. Además hay que contar con la aprobación de los otros toreros.

Luis Miguel le dijo  que, además de no cobrar nada y de donar sus dos toros, haría un donativo de cien mil pesetas a la causa de la beneficencia. El marqués no tuvo para dónde coger e incluyó a Dominguín en la corrida.

Cuenta el periodista Antonio Olano que al llegar a la plaza de Las Ventas el chofer del coche de Dominguín comentó: —Voy a procurar que el coche quede aparcado aquí mismo, para salir inmediatamente después que termine la corrida.

Escribe Olano que Luis Miguel se le quedó mirando fijo y le respondió:

 —Dígaselo usted a los de la cuadrilla… No pienso regresar en coche. O me llevan a hombros hasta la casa… o me llevan a hombros a la enfermería… 

Otro periodista testigo de los acontecimientos fue don César Jalón «Clarito», ministro de la República y crítico taurino en el diario Informaciones  muy de Manolete.

«Clarito» tituló su reseña de la corrida  con «…¡Y el monstruo ha sido Luis Miguel!»

El destino quiso que fuese el éxito el que marcase ese día como fecha para la consagración de Luis Miguel Dominguín como gran figura del toreo