La presencia de lo militar en la música española es algo sobradamente conocido. Miguel Zubeldía de la Asociación de Amigos de los Museos Militares (sección música) lo expresa, perfectamente, en un artículo publicado en 1989, en la revista Militaria del que he tenido acceso por obrar en mi poder el libro Tratado músico-militar en su versión española ya que está editado en varios idiomas y dice que: “Lo lírico y lo castrense, es una ambivalencia de siempre. El tema o el asunto militar forman parte de muchas zarzuelas españolas; bien en su fondo o en su forma o como tema secundario, y su música está enraizada en el alma del pueblo»…

 

 

Desde los toques de ordenanza o instrumentos con los que se interpretan, “El toque de diana», “El Tambor de granaderos» o la famosísima “Ven Cirila ven», cuyo tema principal está basado en el toque de llamadas oficiales, pasando por la última zarzuela de tema militar “Baile en Capitanía» con música de Federico Moreno Torroba, basada en la bella obra teatral del mismo título, que sobre las guerras carlistas escribiera Agustín de Foxá siendo estrenada en Zaragoza en el año 1960, si hacemos un recuento, existen muchas más de doscientas zarzuelas en las que llevan implícitas al menos un pasodoble-marcha en cada una. Ahí están: “Colegialas y Soldados”, “El molinero de Subiza», ”Salve, estrella de los cielos”, o después “Salve, estrella de los mares» (plegaria que hicieron suya los guardiamarinas del buque escuela Asturias) para convertirla en la “Salve Marinera», “El Sitio de Zaragoza», “Cádiz” (zarzuela estrenada en el teatro Apolo de Madrid y donde los afortunados espectadores saltaron enardecidos de sus asientos vitoreando a España cuando el coro cantaba el ¡Viva España!…Al son del bellísimo y brioso pasodoble-marcha de los libertadores de la ciudad gaditana asediada por las fuerzas francesas), “El 2 de mayo», “Gigantes y cabezudos”, “Los Voluntarios» (cuyo argumento es el paso de una unidad de voluntarios catalanes por un pueblo aragonés camino para su lugar de embarque hacía la guerra. “Se escuchan las cornetas, ya pronto llegarán los bravos catalanes que van a pelear…así decía la letra del pasodoble central de la obra). “Las Corsarias» del maestro Francisco Alonso (la noche del estreno en Madrid se repitió el mismo fenómeno que con “Cádiz” o “Los Voluntarios” y se produjo otra vez la fuerza arrebatadora que encendió de entusiasmo al público al escuchar el pasodoble-marcha de la obra “Banderita» con el que triunfara nuestra Marujita Díaz. “… el día que yo me muera / si estoy lejos de mi patria / solo quiero que me cubran / con la bandera de España… “Soldadito español» que compuso Jacinto Guerrero en los últimos días de la campaña de África. Y tantas, y tantas otras que se nos viene a la memoria. Pero si de pasodobles–marcha y canciones patrióticas hablamos, no puede faltar en este resumen dos de los más emblemáticos e importantes que voy a intentar conozcan sus interesantes historias:

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https://youtu.be/27zH4HXUHCk

“El novio de la muerte”

Una popular sintonía que, durante décadas, ha representado a uno de los cuerpos de élite del ejército español: la Legión española. Sin embargo, lo que ha pasado desapercibido a lo largo de la Historia es que esta música, cantada por los legionarios españoles desde hace 100 años en todo tipo de sangrientas contiendas, era originariamente un tema que nació para interpretarse en cafés cantantes y cabarets y que, posteriormente, fue adaptada al ámbito castrense.

 

 

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https://youtu.be/JEeBiYl5r_o

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Corría por entonces 1920, una época dura para España, pues la Guerra del Ríf se llevaba consigo a una gran cantidad de soldados bisoños (novatos por así decirlo) enviados desde la Península. Tal era la sangría de tropas que el rey, basándose en la idea de un militar llamado José Millán-Astray Torrado, mandó crear el denominado “Tercio de extranjeros”, una unidad cuyo campo de batalla sería exclusivamente el norte de Marruecos y que recibiría un entrenamiento específico para adaptarse a las duras condiciones del territorio.

 

 

José Millán Astray ideólogo de la Legión, en una imagen del año 1900.

Los objetivos de esta unidad hoy centenaria, estaban claros: darse de fusilazos contra los marroquíes en el norte de África con valentía y arrojo y, a su vez, convertirse en una fuerza de choque que combatiera siempre en primera línea, en el lugar de mayor riesgo de cualquier batalla. Sin embargo, lo que no se sabía entonces es que, con la creación de este grupo operativo, se acababa de poner el germen de lo que, en un futuro no muy lejano, fue la Legión española.

 

 

Millán Astray, fundador de la Legión

Una vez establecida la Legión (allá por el 1920 aproximadamente) se eligió como su comandante a José Millán-Astray, quien intentó darle el barniz especial a la unidad. Concretamente pretendía el oficial español convertir a los legionarios en unos aguerridos soldados que carecieran de miedo ante la muerte.

Quería, por tanto, crea un combatiente al que fallecer por España le causara regocijo y honor. En esas andaba la nueva cabeza pensante de la Legión cuando, sin querer, tropezó un día con una emotiva canción en un café cantante cuya letra le cautivó. Era “El novio de la muerte», una música que ensalzaba y restaba importancia al hecho mismo de dejar este mundo.

“El novio de la muerte” era un charlestone, (baile de moda de los años 20, que fue compuesto por Fidel Prado Duque autor de la letra y Juan Costa Casals de la música), inspirada en la historia de un soldado legionario onubense muerto en el frente de Arbaa y que fue estrenada el 20 de julio de 1921 en el teatro Vital Aza de Málaga y, el 30 y 31 del mismo mes y año, se interpretó en el teatro Kursaal de Melilla interpretada por la tonadillera Mercedes Fernández González que usaba el nombre artístico de “Lola Montes” en ambas ocasiones.

 

 

La Legión en Melilla durante el 1921.

Explicamos su historia: Meses antes de aquel estreno, el 7 de enero de ese mismo año, un onubense natural de Minas del Río Tinto, Baltasar Queija Vega, pasaba a la historia militar de España al ser el primer caído del recientemente creado “Tercio de Extranjeros», germen de la Legión española. Recibió un balazo en una posición del Zoco de Arbaa, (por aquel entonces protectorado español de Marruecos), proveniente de unos rebeldes que atacaron su compañía. Los insurgentes trataron de quitarle el arma, algo que no consiguieron, y se enfrentaron a él, ya herido, en un cuerpo a cuerpo que acabó con su vida.

Cuando sus compañeros lo liberaron, ya fallecido, de los atacantes la tradición dice que encontraron en sus bolsillos una carta de amor y un retrato. Esto nunca fue confirmado oficialmente, aunque el jefe del Cuerpo Millán-Astray, que ensalzó la figura del soldado atribuyendo el calificativo de ‘poeta’, escribió que en sus ropas se encontró un papel con un poema: “Somos los extranjeros legionarios / El Tercio de hombres voluntarios / que por España vienen a luchar…” El fundador de la Legión señalaba en 1922 que el tal Queija había hablado poco antes con sus compañeros y, haciéndoles partícipes de la muerte de su novia, les dijo que deseaba reunirse con ella.

 

 

Legionario Baltasar Queija Vega en quien está inspirada la célebre canción de «El novio el muerte».

Baltasar Queija Vega había nacido en Ríotinto, como indicamos líneas más arriba, el 26 de marzo del 1900. Formaba parte de ocho hermanos cuyos padres, el industrial Baltasar Queija Seinza y Josefa Vega Vega, estaban afincados en la localidad, provenientes de Orense.

 

 

Baltasar Queija, a la izquierda con un compañero

Sobre la cuestión y veracidad de la vertiente más romántica y novelesca hay controversia. No obstante la realidad de los hechos -la primera baja en la Legión, en la circunstancias citadas- y el carácter previo del lustroso desenlace en relación al estreno del cuplé induce a muchos a considerar que este fue inspirado en la verdadera historia del legionario onubense.

La popular artista «Lola Montes», intérprete de la canción «El novio de la muerte».

Pero resulta que la artista (Lola Montes), que interpretaba esta canción en los cafés y cabarets de Madrid y África, fue escuchada, como hemos señalado, por Millán-Astray el día que se interpretó en el teatro principal de Melilla. Al líder de la Legión le pareció una canción preciosa con una letra maravillosa. Se quedó tan impresionado que pidió una transcripción para cambiarle el ritmo y adaptar la música al ámbito militar y, finalmente, la utilizó para la Legión. La letra era perfecta para José Millán-Astray, pues resumía la filosofía que él trataba de transmitir a sus legionarios: Cada uno de los himnos de la Legión representa una cosa distinta. Este se refiere al hecho trascendente de la muerte. Hace referencia que el legionario debe ensalzar la muerte, no tenerle miedo. Transmite en definitiva, que fallecer no es más que un acto de servicio. Esto es una tradición en el ejército europeo, donde en los uniformes se suelen hacer referencias a la muerte para que el soldado no se acongoje ante ella y siente que, en el caso de fallecer, lo hace por la patria y unos ideales. Es decir, que no lo hace de forma baldía y sin sentido.

 

 

La popular artista «Lola Montes», intérprete de la canción «El novio de la muerte».

“El novio de la muerte» no es algo extraño, sino que es un habitual a lo largo de la Historia de la música militar española e internacional. Según opinión de Mariano Sanz de Pedre (cronista musical y singular figura de la vida musical española), gran parte de las obras militares más representativas y más emblemáticas, no son marciales en su origen, sino que provienen de zarzuelas, revistas, canciones populares o del mundo del espectáculo. Un ejemplo, nos dice, es “Los voluntarios” de Jerónimo Jiménez, “Las corsarias» de Francisco Alonso o “La dama de Elche», etc. En el resto del mundo también ha sucedido con canciones como “Gaudeamus Igitur” –que era una canción de taberna cantada por universitarios- o la Marsellesa, que en su origen era un canto de guerra del Ejército del Rín, que terminó convirtiéndose en un himno revolucionario.

 

 

José Millán Astray Torrado, en una foto del 1917.

Años después, y en contra de lo que pudiera parecer, “El novio de la muerte» no se quedó estancado una vez que Millán-Astray lo adaptó para su recién creada Legión, sino que continuó transformándose en una marcha procesional.

En el 1952 el director de la Banda de la Legión, Ángel García Ruíz, adaptó la música de este himno al paso procesional de los desfiles de la de Semana Santa de Ceuta. Concretamente en la actualidad es una de las canciones más representativas de este cuerpo, que si en un principio fue una marcha militar de ritmo legionario -160 pasos por minuto- y dado que su letra exalta el espíritu militar y legionario hoy, es interpretada con ritmo solemne en determinadas ocasiones, una de ellas, en el traslado del Cristo de la Buena Muerte de Málaga y otra en el desfile procesional del Cristo de la Caridad de Córdoba.

 

 

Legionarios izando al Cristo de la Buena Muerte de Málaga

 

LETRA DEL HIMNO DE LA LEGIÓN

CANCIÓN “EL NOVIO DE LA MUERTE»

Primera letra.-

“Nadie en el Tercio sabía / quien era aquel legionario / tan audaz y temerario / que a la Legión se alistó.

Nadie sabía su historia, / más la Legión suponía / que un gran dolor le mordía / como un lobo el corazón.

Más si alguno quien era le preguntaba, / con dolor y rudeza le contestaba:

“Soy un hombre a quien la suerte / hirió con zarpa de fiera, / soy un novio de la muerte / que va a unirse en lazo fuerte / con tan leal compañera».

Segunda letra.-

Cuando más rudo era el fuego / y la pelea más fiera, / defendiendo su bandera, / el legionario avanzó.

Y sin temer al empuje / del enemigo exaltado, / supo morir como un bravo / y la enseña rescató.

Y al regar con su sangre la tierra ardiente, / murmuró el legionario con voz doliente:

“Soy un hombre a quien la suerte / hirió con zarpa de fiera, / soy un novio de la muerte / que va a unirse en lazo fuerte / con tan leal compañera».

Tercera letra.-

Cuando al fin le recogieron, / entre su pecho encontraron / una carta y un retrato / de una divina mujer.

Aquella carta decía: “…si algún día Dios me llama, / para mí un puesto reclama / que a buscarte pronto iré».

Y el último beso que le enviaba, / su postrer despedida le consagraba.

“ Por ir a tu lado a verte, / mi más leal compañera, / me hice novio de la muerte,/ la estreché con lazo fuerte / y su amor fue mi Bandera”.

 

 

La canción del Legionario

El Tercio, que ganó una inmensa popularidad en los días de socorro de Melilla, vio acrecentada su fama con las acciones que siguieron a este.

 

 

Salida Vía Crucis 2019 Caridad

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https://youtu.be/tYQV4f3qAyE

Casabona, el blocao de la muerte, los convoyes, hicieron surgir, en su honor, todo tipo de manifestaciones literarias: versos, relatos cortos, novelas etc.

Uno de los poetas que cantaron a la grandeza del Tercio fue un militar, como el maestre de campo GarciIaso de la Vega o el coronel López Andrada. Se llamaba Emilio Guillén Podemonti, que compuso unos preciosos versos que hizo llegar al Teniente Coronel José Millán-Astray.

El jefe del Tercio, hombre de finísima intuición y gran sentido artístico, supo en seguida que aquellos versos podían dar lugar a otra buena canción legionaria.

 

 

Fuerzas de élite

Con este propósito se los entregó a un amigo compositor de nombre Modesto Romero, autor como Costa, de muy buenos cuplés, que componía para Raquel Meller, Amalia de Isaura, Isabelita Ruíz, Celia Gámez, Juan García, Marcos Redondo o, incluso, para la gran tiple Conchita Supervía.

Romero se identificó inmediatamente con el texto de Guillén Podemonti y, en pocos días creó la partitura, que dio a conocer a Millán-Astray, que se encontraba en aquel momento en Madrid, curándose de una herida sufrida en la toma de Nador, el 17 de septiembre y a un grupo de cuatro o cinco amigos, entre ellos González Tablas, también herido y convaleciente, como él, en el hospital de San José y Santa Adela.

La “Canción del Legionario», que así se denominaría la obra gustó tanto al reducido auditorio, que Romero se vio obligado a interpretarla varias veces.

Hablan de que el título fue estrenado aquel mismo año por la compañía de zarzuela de Ramon Peña, en el teatro Cervantes de Madrid, por el barítono Ulivarri y un coro, con la banda de música del Regimiento del Rey.

Incorporada enseguida al repertorio Legionario, la canción sería elevada, años más tarde, al rango de Himno Oficial del Cuerpo.

Cuando Julien Duvivier rodó en Dar Riffien (antiguo cuartel de la Legión situado entre Ceuta y Tetuán), algunas secuencias de su gran película “La Bandera», con Jean Gabón como protagonista, eligió, entre los cantos

Legionarios, el de Guillén y Romero, para su interpretación por todo un Tercio formado, en travelling de impresionante realización.

LETRA DEL HIMNO OFICIAL DE LA LEGIÓN

“CANCIÓN DEL LEGIONARIO»

Primera letra.

“Soy valiente y leal Legionario, / soy soldado de brava Legión, / pesa en mi alma doliente calvario, / que en el fuego busca redención.

Mi divisa no conoce el miedo, / mi destino tan sólo es sufrir, / mi Bandera luchar con denuedo / hasta conseguir / vencer o morir.

Legionario, Legionario, / que te entregas a luchar / y al azar dejas tu suerte / pues tu vida es un azar.

Legionario, Legionario, / de bravura sin igual, / si en la guerra hallas la muerte, / tendrás siempre por sudario, / Legionario, la Bandera Nacional.

¡Legionarios a luchar! ¡Legionarios a morir!…

Segunda parte.-

“Somos héroes incógnitas todos, / nadie aspire a saber quien soy yo, / mil tragedias de diversos modos, / el correr de la vida formó.

Cada uno será lo que quiera, / nada importa su vida anterior, / pero juntos formamos Bandera, / que da a la Legión / el más alto honor.

Legionario, Legionario, / que te entregas a luchar / y al azar dejas tu suerte, / pues tu vida es un azar.

Legionario, Legionario, / de bravura sin igual, / si en la guerra hallas la muerte, / tendrás siempre por sudario, / Legionario, la Bandera Nacional.

¡Legionarios a luchar! ¡Legionarios a morir!…

Amigos aficionados: Esta es una muestra de las muchas curiosidades de la historia y estética de la música, que nos ayuda a conocer los diferentes géneros musicales existentes y que, como se observará, tiene una cierta relación y equivalencia con el mundo militar.

 

 

Antonio Rodríguez Salido

Compositor y letrista

Escalera del Éxito 176

Jose Luis Cuevas

Montaje Fotografías Y editor

Escalera del Éxito 252