Alejandro Enrique ha visto silenciada su labor en gran parte por su poco acierto con los astados, teniendo que abandonar la plaza por la enfermería con un pequeño corte en la cara.

Juan Manuel Jiménez se ha mostrado voluntarioso en su lote, sacando tandas de gran mérito. Nuevamente, el fallo reiterado con la espada privó al novillero de mayor premio que saludos en su primero y silencio en el segundo.

Por su parte Javier Jiménez ha resultado el triunfador de la tarde y del ciclo. Frente a su primero anduvo valiente, decidido y variado, recibiendo con dos largas cambiadas, quitando por ajustadas tafalleras y trasteando por ambas manos en un manejo firme y seguro. Una estocada casi entera en todo lo alto y dos orejas que paseó en una jaleada vuelta. El astado fue ovacionado en el arrastre En su segundo también se mostró variado en el capote ante un novillo, que aunque noble no le duró mucho el fuelle en la muleta, optando el diestro por un toreo de cercanías que rápidamente conectó con el tendido. Pinchazo y estocada sirvieron para que de nuevo paseara las dos orejas de su oponente, abandonando a hombros el coso de Laguna.