Matias Tejela, que venía confortado por su recién triunfo en Arles entendió bien a su primera de vibrante nobleza al que dio entonados derechazos antes de rematar su trasteo con pases circulares bien ligados. La espada cayó un punto baja lo cual no fue obstáculo al corte de un primer trofeo. A pesar de dos apretados puyazos, su segundo, ofensivo de pitones no humilló nunca  estos dos puñales y tras una lidia desastrosa la faena se inició con buen tono, antes que el toro empezara a quedarse corto lo que obligó al madrileño a abreviar. (Oreja y silencio)

Alejandro Talavante es un torero por lo menos enigmático, con un toreo difícil de descodificar. Después de una faena larga, sin convicción ni conexión con el graderío a un adversario insípido pasó las de Caín para quitárselo de enmedio. El extremeño hizo un gran esfuerzo en el quinto frente a un toro que no humillaba y se revolvía con agilidad al final del pase, y le cimentó una faena hierática que arrancó por estatuarios y cerró con ajustadas manoletinas. La oreja que cortó no hizo unanimidad con el público y el torero optó por tirar el trofeo antes de dar la vuelta al ruedo. (Aviso y algunos pitos y oreja tras aviso)

Rubén Pinar ha sorteado el mejor lote, mejor dicho el más homogéneo. Iniciada los pies juntos al hilo de las tablas su primera faena se desarrolló esencialmente por el lado derecho, el izquierdo resultando más complicado. Las tandas de circulares que concluyeron el trasteo calaron en el  tendido. Repitió el planteamiento  ante su segundo pero se le fue la mano y  mató de un bajonazo. El espadazo caído enfrió los ánimos del respetable, y el albaceteño optó por apartar la oreja cortada y salir andando del coliseo cuando lo hubiera podido hacer a hombros. (Oreja en ambos)

Crónica de Laurent Deloye “El Tico”