Pablo Lechuga llevó al de Gallon que abrió plaza en dos ocasiones al encuentro con el caballo de picar. El novillo tomó un primer puyazo humillado en el peto y apretando con regularidad en la embestida. En el segundo puyazo, se arrancó colocado ya más en la cercanía del picador para emplearse un tanto menos. El trasteo de muleta del diestro madrileño se cimentó entre las inquietudes de aprovechar el fondo de nobleza, a la par que de no obligar al astado para evitar las genuflexiones provocadas por la justeza de fuerzas. Pablo Lechuga supo encontrar ritmo y distancia para dejarlo reponer entre tandas, y pudo hilvanar a media altura algunos derechazos y naturales que tuvieron eco en el tendido. Remató su labor de metisaca, pinchazo hondo y descabello. El Christophe Yonnet que hizo segundo le obligó no confiarse por el izquierdo. El novillo que de salida acudía presto y con pies a los cites recibió un castigo excesivo, empujando en cuatro puyazos. La faena de muleta enfocada en esta óptica defensiva a base de doblones de castigo no resultó del agrado del respetable que vio el planteamiento del novillero un exceso de precauciones, y otra lidia posible a los problemas planteados por la embestida descompuesta del novillo, que dejó para el tiro de mulillas de pinchazo hondo y descabello. Con el que cerró Pablo Lechuga su actuación fue otro novillo con virtudes en la muleta, que obedecía a los toques y tomaba el engaño con castita y la boca cerrada. A pesar de ello hubo no hubo intento de acoplamiento o casi y el novillo se fue para el desolladero después de dos pinchazos y una media.

Esaú Fernández firmó un vibrante saludo capotero al otro ejemplar de Gallón, el de más fortaleza. Cumplió el novillo en la primera vara hasta que lo sacaran del peto y se arrancó a mayor distancia y con alegría en el segundo encuentro. La pena fue que se lesionará en una pezuña a colocarle el tercer par de banderillas y que este buen ejemplar tuviera en varias ocasiones la oportunidad de alcanzar la muleta, lo que no ayudó a la causa, como tampoco lo fueron los medio pases que se le dio. Media y descabello para concluir. Recibió Esaú Fernández por delantales al segundo Christophe Yonnet que pareció desplazarse mejor que su hermano del mismo hierro. Después de cumplir en la primera vara el novillo el segundo encuentro fue en tono menor. Pero el astado llegó al último tercio humillado y sin malas intenciones para un trasteo técnico de pases cortos. Y cuando el novillero consintió alargar la suerte, el novillo siguió dócil hasta el final la tela torera, lo que hizo con soltura por el derecho, aunque falto de emoción. Una entera que cayó baja fue suficiente para despachar el oponente. El novillero cambio el signo de la tarde frente al novillo de Alain Tardieu firmando un ramillete de sentidas verónicas que ponían de manifiesto sus ganas de tocar pelo. El novillo tomo un primer puyazo apretando con un solo pitón, se arranca pronto y al galope en el segundo encuentro del cual sale rápidamente. Esaú supo aprovechar la codiciosa embestida de su adversario que se arrancaba de lejos e inició su faena de dos pases cambiados ejecutados con la montera en los pies. Por el derecho alargó los pases gustándose y logrando el acople con este extraordinario ejemplar que embestía haciendo gala de una clase de ensueño, con el hocico barriendo la arena y volviéndose dos metros después del pase para seguir tomando el engaño. El novillero supo ver la necesidad de dejar reponer entre tanda y tanda un adversario tan valioso para prolongar el disfrute. Acertó en ligar los pases echando la pierna derecha un tanto patrás para al mismo tiempo lograr un efecto estético de mayor calado. Al escuchar los primeros gritos pidiendo el indulto dejó el ayuda para seguir tirando del toro por el derecho sin espada. Fue creciendo la petición de indulto que salvó la tarde. Dos orejas y rabo simbólicos.

 

Reseña:

 

Saint Martin de Crau, sábado 24 de abril  – Media plaza con cielo encapotado.

 

Pablo Lechuga, Silencio / Silencio / Silencio.

Esaú Fernández, Silencio / Silencio / Dos orejas y rabo simbólicos.