Querido amigo José Luís: hoy traigo para tu publicación (elcallejóncórdoba), la historia de cuatro torerísimos pasodobles de un mismo compositor y estrenados en la misma tarde: “Gallito», “Dauder», “Angelillo” y “Vito»…

 

Comienzo a desgranarte la interesante historia del primero de ellos: “GALLITO». Este pasodoble es considerado el Himno Oficial Taurino por excelencia. Es la evocación de la alegría de la fiesta, es el griterío de los tendidos, son los olés de una gran faena, es el paseíllo, es la suerte de banderillas, es el bullicio, los cascabeles, el clamor y la emoción de la vuelta al ruedo paseando los trofeos…Es en definitiva, la fiesta de los toros.

Su bonita historia es como sigue: El maestro Santiago Lope Gonzalo compuso este bellísimo y torero pasodoble para Fernando Gómez Ortega “Gallito Chico», matador de novillos, y hermano de Rafael y José, que alcanzaron más fama que él.

Nacido en Sevilla el día de Navidad de 1884, “Gallito Chico», era el segundo hijo varón de Fernando Gómez García “El Gallo» y de Gabriela Ortega Feria, conocida artísticamente por su nombre o por la “señá” Gabriela, bailaora, cantaora de renombre, gaditana, gitana y de familia de artista y toreros.


El primer hijo de ambos fue Rafael Gómez Ortega “El Gallo», nacido en Madrid el 17 de julio de 1882, y el tercero José Gómez Ortega “Gallito», nacido en Gelves (Sevilla), el 8 de mayo de 1895, y fallecido en Talavera de la Reina (Toledo), el 16 de mayo de 1920 a consecuencia de la mortal cogida ocasionada por el toro Bailaor, burriciego, y de la ganadería de la viuda de Ortega.

Hay que explicar que cuando se estrenó el pasodoble en el año 1904, José Gómez “Gallito» (más tarde “Joselito»), tenía nueve años -evidentemente llevaba sangre torera- pero todavía no podía dedicarse a la tauromaquia y, por tanto, no fue el destinatario de este hermoso pasodoble. Por aquellas fechas su hermano, Fernando Gómez Ortega “Gallito Chico», era novillero y había recibido la alternativa en México, si bien no llegó a confirmarla en Madrid y con el paso de los años acabó actuando como banderillero en las cuadrillas de sus hermanos.

Pero, ¿por qué se fijó el maestro Lope en el menos importante de la dinastía de los “Gallitos» para dedicarle su pasodoble?. La casualidad hizo que la Asociación de la Prensa de Valencia organizara un festejo mixto a beneficio de dicha entidad, en el cual participarían junto al matador de toros Fernando Gómez “GALLITO CHICO», los novilleros Agustín “DAUDER” Borras, Ángel González Mazón “ANGELILLO «, y Manuel Pérez Gómez “VITO», quienes lidiarían ocho reses de la ganadería de Félix Gómez. Ya se encargaron los organizadores “Latiguillo», “Cencerrito» y “Aguaíyo» de que fuera un festejo que pasara a la historia pues si el cartel no era lo suficiente atractivo -que lo era- “Aguaíyo”, rizando el rizo, quiso darle un mayor aliciente al acontecimiento y

 

dispuso que esa tarde se estrenara un pasodoble a cada uno de los espadas actuantes. Semejante propósito sólo podía ser encargado a un músico de la calidad y altura del maestro Santiago Lope, quien era, por entonces, director y fundador de la Banda Municipal de Valencia, y así, con estas perspectivas la tarde del 29 de junio de 1904 se oyeron por primera vez, los airosos compases de los pasodobles: “Gallito», “Dauder», “Angelillo» y “Vito», los cuatro nacidos de la misma pluma, de inspiradas melodías y naturalmente para la misma ocasión.

Aprovecho para decir que aquella tarde estaba predestinada a figurar entre las más significativas de la historia de la música taurina, y en Valencia, tierra de fuego, azahar y bandas de música, aquél magno festejo lo amenizaron seis lujosas bandas: la de Beneficencia, la de Veteranos, Catarroja, Torrente, la del Regimiento de Mallorca y la Municipal de Valencia, dirigida por el propio Santiago Lope Gonzalo.

De los cuatro pasodobles, siendo los cuatro excelentes, el que más éxito ha obtenido, y que no puede faltar en ninguno de los grandes acontecimientos es “Gallito». Una obra cumbre del compositor riojano nacido en Ezcaray el 23 de mayo de 1871 y fallecido en Burjassot (Valencia), el 25 de septiembre de 1909.


La noticia de su fallecimiento, a tan temprana edad, (39 años) echó al pueblo de Valencia a la calle, y fue acompañando el féretro del maestro Lope mientras la Banda Municipal, sin su director, sin su batuta, y con lazos negros en sus uniformes, interpretaba la marcha fúnebre “El ocaso de los dioses» de Richard Wagner. Pero el público emocionado, pidió a la Banda que tocase uno de los pasodobles del maestro y en aquél día gris entre la tristeza  y la oscuridad de los lazos negros y el coche fúnebre, sonó “Gallito», deslumbrando una vez más con su melodía y arrancando un sollozo del fondo de los corazones valencianos. 

 

 Antonio Rodríguez Salido. –

Compositor y letrista.- 

 Escalera del Éxito 176.-