Juan Manuel Jiménez, lució de capote y arrancó algunos muletazos de mérito, pero no pudo pasar de ambos silencios.

 

José Arévalo, estuvo voluntarioso, valiente y decidido con sus dos astados. Lució en todos los tercios tanto su labor como a sus astados, colocando de largo en el tercio de varas, quitando y sacando naturales de clase. Su labor aunque de mérito fue silenciada por su desacierto con los aceros.

 

Víctor Barrio salió muy decidido en su primero recibiendo por tafalleras en los medios, y anduvo con gusto y torería sobre todo por la derecha. La espada nuevamente privó al novillero de pasear trofeo. Frente a su segundo comenzó de rodillas en el tercio, para continuar luciendo con el capote. Tras el brindis a El Fundi, Barrio, comenzó de rodillas en el centro del ruedo, pronto conectó con los tendidos, que tras la estocada premiaron al espada con la única oreja de la tarde.