La decisión de los jóvenes espadas y el entusiasmo de los tres finalistas como de los otros compañeros de las distintas escuelas que han participado en este evento no han estado en consecuencia con su quehacer torero. Hay que tener presente que estos muchachos representan el futuro de la fiesta taurina y se observan muchos defectos en ellos, de cómo debe ser el toreo autentico. En cuanto a colocación, gustarse toreando y personalidad. Existe en ellos demasiadas ventajas, y toreo vulgar que los profesores en el callejón no corrigen porque se lo han tolerado cuando han toreado al carretón. En banderillas clavan a cabeza pasada y hay poca variedad en la realización de la suerte. Con la espada es de pena ya que ninguno hace la suerte, no se centra ni cita en corto y por derecho. Tampoco llevan el estoque a la altura del corbatín con el brazo pegado al pecho. Entonces, se adelanta la muleta al pitón contrario para que el astado humille y descubra el morillo. Se ataca con la espada y mientras se clava se marca la salida a la res como si se iniciase un pase de pecho. Pero antes se ha hecho la cruz con el juego de los dos brazos en esta ejecución de la suerte de estoquear a volapié, como deberían tomar nota de dos antiguos alumnos de la escuela de Madrid, hoy formidables estoqueadores: El Fundi y Uceda Leal. Porque en este certamen ellos lo han hecho a su aire, perfilándose al hilo del pitón, sino fuera, se olvidan de jugar la muleta, o la llevan muerta, no la mueven y atacan con el brazo suelto alargado, y mientras intentan clavar el estoque se van fuera de la suerte. Así se cargan la fundamental suerte de matar o suerte suprema, motivo de todo lo que se hace a los astados hasta que se ejecuta con el uso del estoque.
Si para ser torero se necesita valor afición y estímulo de cuantos quieren ser algo en el toreo, no oigan cantos de sirena, que son falsos consejos y traten de hacer todo en el ruedo con la verdad del toreo, respetando los cánones.
Crónica de José Julio García
Decano de los críticos taurinos de España