En las presentes fiestas de la Virgen del Castañar flotaba el aire de lo irrepetible, de lo inigualable, pues nunca podrá repetirse el hecho de que nuestra Plaza de Toros celebre sus tres siglos de existencia. Podrán festejarse dentro de la friolera de 100 años su IV centenario, mas eso ya no lo veremos los que leemos en el 2011 esta noticia, sí quizás los que lo repasen estas líneas en el futuro.

 

Y había que celebrarlo como se merece nuestra plaza, con cariño, con mimo y con ilusión, como lo vienen haciendo a lo largo del año sus Amigos, de modo y manera a como si del cumpleaños de un compañero querido se tratase. El día 8 de septiembre, fiesta de Nuestra Patrona, debía ser la fecha clave, por la relación que la Virgen y su plaza se profesan a lo largo de los siglos, en este festejo centenario. De esta forma, y tras los acontecimientos religiosos de la mañana, se recuperó la tradición, tradición iniciada hace 200 años, de procesionar una imagen de la Virgen, en este caso la depositada en la cripta del santuario debida a la mano de la artista bejarana Regina Rodríguez, desde su templo hasta la plaza, previa a la corrida de la tarde. Hace meses la entonces concejala de turismo, Concha Pérez Escanilla, y el Amigo de la Plaza de Toros, José Álvarez-Monteserin (Escalera del Éxito 184), como representantes del Comité Organizador de los Actos del III Centenario, habían tenido una entrevista con el Obispo de Plasencia para solicitar permiso eclesiástico preceptivo para recuperar esta tradición, petición que tuvo una excelente acogida por parte del Obispo, que facilitó que esta procesión se hiciera aunque, por supuesto, no con la imagen original.

 

La figura de barro cocido de Regina Rodríguez (donada por ésta a los Padres Teatinos), a hombros de los Amigos de la Plaza de Toros, partió en procesión desde su santuario recorriendo el corto trayecto, y sin embargo hermoso por estar flanqueado por castaños ya cargados de erizos, que la separaba la plaza. La comitiva estaba compuesta por un Grupo de Dulzainas y tamboril, el Grupo de Baile “Virgen del Castañar”, las aguedesas, los toreros con sus correspondientes cuadrillas, maceros y alguacilillo, Reina y Damas de las Fiestas, autoridades civiles y eclesiásticas y público acompañante.

 

Una vez dentro de la plaza, la comitiva procedió a dar a la Virgen una vuelta al ruedo ante el profundo respeto y emoción cariñosa de los asistentes. Tras ello, fue depositada la imagen en el llamado “Tendido de la Virgen”, lugar que ocupaba antiguamente, sobre una plataforma practicada al efecto por representantes de las Peñas, momento en el que la Banda Municipal de Música de Béjar interpretó el Himno Nacional con el público puesto en pie.

 

Antes de iniciar la corrida, los diestros López Chaves, Serafín Marín y David Mora, al hacer el paseíllo, cruzaron el ruedo para cumplimentar primero a la Virgen, retrocediendo luego para hacer lo propio con la Presidencia, que corrió a cargo de José Luis Sánchez, concejal de gobernación del ayuntamiento de Béjar. Además, los toreros tuvieron la deferencia de cumplimentar con sus respectivos brindis a la Patrona de Béjar.

  

Al terminar el festejo, la imagen fue devuelta al Santuario a hombros de los representantes de las Peñas, acompañada de la comitiva inicial excepto los toreros con sus cuadrillas.

 

Con esta procesión se pretende recuperar una tradición ahora perdida en la vorágine del tiempo. La iniciativa ha sido acogida con entusiasmo por los participantes, autoridades y público en general, gracias a los esfuerzos de los organizadores, la Asociación de Amigos de la Plaza de Toros y el departamento de Cultura del Ayuntamiento de Béjar. Esperemos que la experiencia se asiente y cobre forma para ser legada a las generaciones futuras como uso rescatado allá por el año 2011, cuando la Plaza de Toros (Escalera del Éxito 188) cumplió su III Centenario.