Debutaba en su pueblo la ganadería local de Los Rodeos y no pudo hacerlo con mejor fortuna. Los cinco novillos del encierro sirvieron, fueron bravos nobles y entraban al engaño humillando. Al segundo y al cuarto se les premió con la vuelta al ruedo. Un éxito del que nos alegramos sobremanera porque la cabaña de bravo no está, precisamente, sobrada de ejemplares con raza y casta. Al final del festejo acompañando a los triunfadores, salieron en hombros el mayoral y el responsable de la ganadería Antonio Torres. Enhorabuena.

 

En el capítulo torerista, otro éxito, esta vez compartido por todos los actuantes. De no haber sido por la espada todos hubieran abandonado el coso a hombros.

 

Abría cartel la joven rejoneadora colombiana Yolanda Morales que dejó constancia de sus carencias y bisoñez. La chica quiso hacerlo todo y aunque le salió embarullado, demostró su voluntad y entrega. El público le reconoció su afán por agradar  y la premió con aplausos al doblar el animal.

 

En lidia de a pie Canales Rivera cuajó una faena completísima ante un novillo, al que incluso le pidieron el indulto, muy bravo y al que el torero gaditano le formó un lío gordo. Sobrado y con oficio, demostró que merece estar en otro lugar en el escalafón. Recetó una estocada sin puntilla y cortó los máximos trofeos. Al novillo se le dio la vuelta al ruedo.

 

También consiguió los máximos trofeos, pero de menos calibre el premio, la novillera Sandra Moscoso que realizó  una faena, de más a menos, con la muleta a otro buen novillo premiado con la vuelta al ruedo. Mató de otra estocada sin puntilla.

 

Sergio Sanz, muy técnico y pulcro en su labor, doblegó a un novillo que al salir del pase daba un derrote. Fue el novillo que necesitó más sabiduría y experiencia para sacarle provecho y Sergio fue capaz. Necesitó de varias agresiones con el estoque y de ahí solo el premio de una fuerte ovación.

 

Cerraba la terna Rafael Reyes, el joven novillero cordobés está aprovechando sus numerosas actuaciones este verano para ir cuajando en torero con un futuro muy prometedor. Maneja muy bien el capote, con ritmo y temple y con la muleta su faena alcanza altas cuotas. Progresa tarde a tarde y eso es beneficioso para él y para la Fiesta que necesita con urgencia renovación. Un pinchazo y estocada pusieron en sus manos una oreja cuando la plaza pedía con insistencia la otra.

 

Casi tres cuartos de plaza se cubrieron de la plaza, en una tarde veraniega pero agradable de temperatura.-

 

 

 

 

 

Crónica de Ladislao Rodríguez Galán

Periodista