José L. Rodríguez: ha estado el joven rejoneador venezolano muy bien en esta su reaparición después del percance sufrido a manos del hampa. Paró muy bien a su rival con muy buenos quiebros de sus bien domados equinos, bien en los rejones de castigo con su segundo ejemplar (ya que el primero era un manso con el que no pudo lucirse) nuestro galopante caballero ha ejecutado pares a dos manos, ha quebrado la embestida del toro de manera reluciente y espectacular, faena de altos quilates no rematada con el acero ya que al este caer un tanto desprendido hizo que el morlaco se amorcillara emborronando así una faena que auguraba el corte de por lo menos un apéndice, sin embargo el respetable pidió la vuelta al redondel.
 
Curro Díaz: el matador español desconocido por estos lares ha demostrado que sabe y se conoce la papeleta en el arte de Cuchares, pero en realidad no tubo tela de donde cortar, lo que si dejo claro es que conoce a fondo su oficio… habrá que verle otra vez. Silencio y silencio.
 
Rubén Darío: Para mí no ha estado mal el diestro venezolano, corto la única oreja del festejo al enrabietarse como un verdadero varón con el manso de Miguel Gutiérrez, series de derechazos unos regulares y otros mejores, molinetes y alguno s naturales de valía pero sin entrar en profundidades dada la poca raza de sus oponentes, va por uvas y deja una estocada en lo alto para de esa manera tocar pelo. Vuelta entre aplausos y vítores.
 
Luis Bolívar: me había ilusionado mucho con este joven coleta colombiano después de haber visto por T.V.  sus faenas pero como cuando no hay material no puede haber orfebre esto le ocurrió a Luis con sus dos enemigos, se ha hecho sentir pero sin cuajar faena. Hay que verlo nuevamente.- Breves aplausos en ambos.
 
Esto ha sido lo que he podido apreciar en este festejo, que ha pasado sin pena ni gloria.

 

 

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Desde Valencia (Vzla.), informa Gilberto J. Álvarez