En la víspera del final de esta feria denominada del arte y la cultura taurina que nos debieran explicar esta discutible nominación. Pues en el ruedose ha visto poco arte y una lidia con bastantes fallos según los cánones que es lo que entendemos por cultura taurina. Este último festejo del certamen se lidiaron cinco toros del Torreón y uno de los Bayones, corrido en cuarto lugar. El primero, segundo, cuarto y quinto flojos, debilidad que acusaron en la embestida, corta, echando la cara arriba. El tercero y el sexto tuvieron mejor arrancada.

 

Manuel Díaz, El Cordobés torero con 19 años de alternativa se le supone una veteranía con experiencia para saber cortar la faena si el toro no se presta, pero no lo hizo no se puede perder tiempo en una porfía a la que no responde el toro empeñado en la embestida corta y el derrote. El primero noble y con poca fuerza ante la muleta se quedó corto de embestida. Perfilero con oficio y voluntarioso muleteó para despenarlo de una estocada. Debió de cortar antes. El cuarto peleó con fuerza en varas y se acabó, hizo centro en banderillas y cabeceó.

 

Ante la muleta echó la cara arriba y se quedó corto pese a esta falta de colaboración del burel, insistió con la muleta perdiendo el tiempo. Un torero con experiencia como él debió de quitarse de delante aquel pequeño conflicto. Cuando decidió lo logró tras tres pinchazos y una estocada ladeada.

 

 

Francisco Rivera Ordóñez » Paquirri II» reapareció en el ruedo madrileño después de una larga ausencia pasó su toreo con el capote sin dejar huella y tampoco lo consiguió en banderillas clavando dos pares a cabeza pasada. Al toro lo recogió bien con la muleta que embestía con nobleza por el derecho y buscaba por el izquierdo. Resultó cogido aparatosamente afortunadamente sin herirle. De tres pinchazos, media estocada, sonó un aviso y descabelló salió del compromiso. El quinto, flojo, se dobló de manos y no hubo faena posible acabó de una estocada trasera.

 

David Fandila «El Fandi» se mostró valiente, decidido y espectacular. Ante tanta voluntad y oficio el público se le entregó. El tercero se arrancó de lejos al caballo en varas. Con sus facultades y facilidad característica banderilleó al cuarteo y al violín entusiasmando al público. Con la plaza a su favor, muleteó y acabó de dos pinchazos, una estocada ladeada, sonó un aviso y remató con el descabello. El sexto lo banderilleó con variedad, acierto y espectacularidad. Nuevamente se le entregó el público entusiasmado. Con la muleta estuvo decidido y al matar de una estocada caída fue premiado con oreja. Punto final.

 

 

 

 

 

José Julio García

Decano de la Crítica Taurina

Periodista – Escritor

Escalera del Éxito 103