Con 20 minutos de retraso se inició la corrida dominguera, por la lluvia caída se trató de suspender el festejo y al fin se celebró. La ganadería anunciada de Peñajara fue rechazada en el reconocimiento previo y sustituida por la de los Herederos de don Salvador Guardiola Fantoni. Toros con kilos, años y sentido en la embestida, que pelearon en varas con dureza y comprometieron el hacer torero de los diestros José Pedro Prado «El Fundi», José Ignacio Uceda Leal y Rubén Pinar.

 

El Fundi, que había anunciado que este era su último san Isidro, próxima su retirada de los ruedos. El primero embestía echando la cara arriba y desarrollaba sentido, expuso e intentó sacar partido pero todo quedó en buena voluntad. Tras varios intentos con el estoque sin que el toro,con mala intención, no se dejaba estoquear y remató con el descabello. Al cuarto le pegaron bien en varas, tras brindar al público buen comienzo de faena hasta que el toro se quedaba corto y no dejaba hacer. El uso del estoque supuso un suplicio para un torero que mata con facilidad y haciendo bien la suerte. No había posibilidad de atacar haciendo la suerte en corto y por derecho, sonó un aviso, sonó el segundo aviso y sonó el tercero entre la desolación. El toro volvió al corral entre pitos y aplausos.

 

José Ignacio Uceda Leal pechó con el segundo, un toro al  que le pegaron en varas y que empujó. Ante la muleta desarrolló sentido y el buen estoqueador se vio desafiado por el burel, sumó cinco pinchazos rubricando la suerte con una estocada. Al quinto lo saludó con una tanda formidable de verónicas cargando la suerte. Brindó la faena a El Fundi para solidarizarse con su buen compañero por su mala suerte. La faena tuvo un son largo y sonó un aviso, el astado echaba la cara arriba y atacando con el acero fue con decisión detrás de la espada pero no encontró posibilidad de clavar, por la falta de entrega del toro que echaba la cara arriba y no se dejaba clavar cobró tres pinchazos y una estocada sonando el segundo aviso cuando doblaba el toro.

 

 

Rubén Pinar salió decidido y no se amilanó ante la embestida con sentido de sus enemigos. El tercero al pasarlo de muleta se vencía por el derecho. Por el izquierdo iba bien sacando naturales y el toro siguiendo la muleta logró series de pases aceptables. El toro fue a más y se lució toreando con la mano izquierda. Mató de una estocada baja sonó, un aviso y remató el puntillero. Hubo petición de oreja y saludó desde el tercio. El sexto realizó buena pelea en varas, se dejó torear con la muleta propinando un desarme   

 

Y acabó para el arrastre de pinchazo persiguiendo al diestro, aviso, pinchazo, estocada y tres descabellos con lo que puso fin al festejo pasado por agua.

 

 

 

 

José Julio García

Decano de la Crítica Taurina

Periodista – Escritor

Escalera del Éxito 103