Madrid, 10 de mayo de 2013

Monumental de Las Ventas

Feria de San Isidro

Mejoró la entrada casi lleno pero no lo del ruedo

 

Fue más confortable y casi lleno que presentó la plaza, hasta ahora, el mejor en aspecto de público en los tendidos desde que lo que va de temporada. Lo del ruedo sigue vulgar con toros flojos de remos de la ganadería salmantina “Los Bayones”. El segundo fue devuelto al corral por flojedad manifiesta y fue sustituido por un sobrero de la ganadería extremeña de “Fraile Mazas Hermanos”, manso de condición.

La terna compuesta por los madrileños Matías Tejela y Daniel Mora, más el sevillano de Dos Hermanas Antonio Nazaré.

En resumen este festejo fue de lo más de vulgaridad lidiadora, de los que se vienen repitiendo con el aditamento intolerable de la realización de la suerte de matar. Colocándose al hilo del pitón, atacando con el brazo suelto y sin jugar la muleta.

Cuando lo instituido es centrarse entre los dos pitones adelantar la muleta a la pezuña izquierda del toro para que humille y descubra la muerte, mientras se le clava el estoque y se le marca la salida. No atacar perfilado al hilo del pitón con el brazo suelto en vez de mantenerlo a la altura del corbatín hasta que se ataca con el estoque y yéndose detrás de la espada y jugando la muleta en vez de irse de la suerte y clavar como salga sin jugar la muleta, que se lleva a modo de una toalla. Pero el público lo tolera en vez de protestar esta manera de hacer la muerte de matar, que es un artilugio o sucedáneo del auténtico y por tano intolerable.

En conclusión, en estos breves comentarios queda explicada la totalidad de lo sucedido en este festejo segundo de la Feria de San Isidro en la que están viendo el bajo concepto en que se encuentra la fiesta de los toros. En la cuestión ganadera, estamos observando mansedumbre, menos casta y fuerza. Los toros y los toreros realizando un torero poco lidiador, ventajista y la suerte de matar con el brazo suelto, y los toros, ya queda dicho. Mientras, el público sin enterarse por falta de saberes taurinos, esperamos la reacción para acabar con tanta impureza.

 

 

 

Madrid, 11 de mayo de 2013

Monumental de Las Ventas

Feria de San Isidro

Salida en hombros del rejoneador Diego Ventura

 

Tercera corrida de la Feria de San Isidro. Corrida de rejoneo. Tiene su público en gran número de seguidores el rejoneo. Gustan las cabriolas y exhibición de los caballos y de sus quiebros ante los toros. Desde luego, es admirable ver encelar y templar la arrancada del toro con el caballo, templar la embestida y llevarlo encelado tras la cola del equino. Es evidente que el caballo rejoneador es como el capote al torero. Así todo, lo que se hace es torear, bien a caballo bien a pie.

El clavar rejones, banderillas y la rosa tiene su mérito, según se realiza. Hay que ir derecho al toro y quebrarle  cuando llega jurisdicción o bien arrancado dejándole llegar hasta el estribo. Otras veces el toro queda desplazado y el rejón se le clava a la grupa que supone una ventaja para el rejoneador, aunque se aplaude igual.

Mucho público del rejoneo no sabe ver esta diferencia por eso lo aplaude todo. Al toro quedado en el tercio lo lógico es rejonearlo por la manga, o sea, barbeando las tablas. Nada de estos detalles o momentos de la lidia encuentra falta apasionada del público porque el rejoneo es singular y atractivo.

Hacemos esta introducción para hacer una referencia de los festejos de rejones y señalar que los rejoneadores encuentran un público fácil entregado que aplauden cualquier gesto.

Referente al festejo que nos ocupa, en el que se lidiaron toros de Carmen Lorenzo, aceptable de presentación que acusaron nobleza y se arrancaron a caballo destacando por su condición el segundo. Tercero y sexto también fueron al caballo y lo siguieron. El lusitano Diego Ventura, tras un rejón que cayó bajo y no fue óbice para que le concediera una oreja. Al cuarto lo despachó de un rejón bien colocado y fue premiado con dos orejas y al final salió en hombros por la Puerta de Madrid. Mariano Rojo confirmó la alternativa y tras unos pinchazos colocó un rejón bajo y su labor fue premiada saludando desde el tercio. Al sexto, tras una labor sujetando al toro lo despachó de un rejón desprendido y le concedieron la oreja. Leonardo Hernández, después de una acertada labor, acabó con el tercero, echando pie a tierra y usando el descabello. Al quinto, tras un buen rejoneo echó pie a tierra y acabó de dos descabellos. El público entusiasta y la presidencia generosa compensó la labor ecuestre y el fallo con el rejón de muerte haciéndose eco de las observaciones del público. Es obligado comentar con el entusiasmo y el lleno que registró la Monumental en esta primera corrida de rejoneo en la que el luso Diego Ventura salió en hombros. Todos contentos y a casa hasta la próxima.

 

Madrid, 12 de mayo de 2013

Monumental de Las Ventas

Feria de San Isidro

Cuarta corrida

Encastado encierro de José Escolar

 

Rafaelillo, Fernando Robleño y Alberto Aguilar fue la terna que se enfrentó a los encastados toros de la ganadería de José Escolar que mantuvo la atención en el ruedo desde que aparecieron por la puerta de chiqueros hasta el arrastre.

El murciano Rafael Rubio “Rafaelillo”, hombre curtido en corridas duras, se mostró muy decidido y torero ante su lote. El primero lo recibió con buenas verónicas. El toro cumplió en varas y se quedó corto y cabeceó ante la muleta. Lo trasteó bien y lo despenó de media estocada contraria. El cuarto, un buen toro en el que se lucieron los banderilleros Joselito Rus y Pascual Mellinas, muy decidido con pases por la derecha y cruzándose naturales. Lo despachó haciendo la suerte de un pinchazo y una estocada antes de doblar el astado, sonó un aviso.

El madrileño Fernando Robleño, con su buena estampa de torero, veroniqueó rodilla en tierra y completó la labor ante el segundo con muletazos muy mandones, sonó un avisó y lo estoqueó haciendo la suerte. Hubo petición de oreja y saludó desde el tercio. Al quinto, toro con poder y bravura, se hizo con él y logró derechazos muy toreros. Sufrió un achuchón del que salió ileso, completó con pases a la izquierda y mató de una buena estocada.

El madrileño Alberto Aguilar se encontró ante el tercero que le comió el terreno al veroniquear. Le realizó una faena acoplándose por ambas manos, pero al matar, entró con el brazo suelto, yéndose fuera y perdiendo la muleta. Por esto, sólo consiguió petición de oreja y saludos. En el sexto, puso voluntad, se mostró valiente, sin mover la cara al burel, pero a la hora de matar no redondeó la faena y todo quedó en esperar para otra vez.

Antes de terminar, consignemos que la plaza registró un casi lleno.

 

 

 

 

José Julio García
Decano de la Crítica Taurina
Periodista – Escritor
Escalera del Éxito 103