Víctima de una afección cardíaca murió ayer en Medellín, el maestro Gustavo González, de 64 años, padre del torero colombiano Diego González Polanía.

 

Le sobreviven además, Juan Carlos, escultor, residente en España; Gustavo quien se dedica al comercio y María del Socorro, funcionaria de Coomeva en Cali.

 

Dedicado a la pintura taurina y a los caballos, sus pasiones, fue el impulsor de la carrera profesional de Diego quien siempre admiró la gesta de su padre.

 

El señor González viajó hace dos años a la capital de Antioquia para estar al lado de sus hermanos, cuando los médicos le recomendaron tratamiento del corazón, más no cirugía, para superar dificultades en su salud.

 

No obstante, a raíz de una fuga en una de las válvulas, y un pre infarto que sufrió hace dos meses, tomó, quizá, la más drástica y difícil decisión de su vida: someterse a una intervención quirúrgica en la que el riesgo era de 90 contra 10 según los médicos que le atendieron.

 

Gustavo González llevaba un mes hospitalizado en Medellín donde fue intervenido. Permaneció en la sala de cirugía diez horas pues los especialistas debían reconstruir el cincuenta por ciento de su corazón.

 

El torero Paco Perlaza, hermano de la esposa de Diego González, lo calificó como un hombre ejemplar, entregado a la profesión de su hijo por la que luchó desde que éste estaba pequeño. Siempre lo alentó para que se hiciera torero.

 

“Gustavo, y Paco, mi padre, en cualquier momento habrían dado sus vidas por nosotros pues siempre trabajaron juntos, cada uno, por vernos triunfar en esta profesión tan difícil. Y ese gesto no tiene valor, es invaluable”, agregó.

 

Explicó cómo Gustavo González tocó todas las puertas que en el mundo del toro es necesario tocar  para que alguna de ellas se abriera y lo logró. Perseveró, amaba a su familia, era como un padre para todos nosotros. “Su entrega por los hijos que amó fue total”, recuerda Perlaza.

 

Su cuerpo será trasladado este miércoles 14 a la Funeraria La Ermita del Sur en Cali para posteriormente ser cremado como fue su voluntad, aceptada por sus cuatro hijos quienes le despedirán este jueves 15.

 

Gustavo González fue un hombre querido por los taurinos. Su deceso produjo un sentimiento de pesar, luto entre la afición colombiana y en la gente del toro. Un caballero a carta cabal, un gran padre.

 

“No solo fue mi amigo, sino el papá de alguien que para mí es como mi hermano: Diego González. Por eso a Dios le pido que le tenga en paz en su gloria”, dijo Paco Perlaza.

 

En nombre de la Asociación de Cronistas Taurinos, Astauros, nuestro sentimiento de solidaridad y mensaje fraternal de amistad para el amigo, el hijo, el gran torero colombiano, Diego González, un caballero dentro y fuera de la plaza y para toda su familia.

 

 

 

Desde Colombia, Informa Carolina Baquero (Directora para América)