Informa desde Venezuela. Rubén Darío Villafraz. Periodista Taurino

Fue uno de los gestores de festejos taurinos más importantes del país. Literalmente gestionaba la presencia de toros, toreros y plazas, a las que su visión comercial elevó a la categoría de acontecimientos. Lo fueron las plazas del Nuevo Circo de Caracas, la Monumental La Trinidad de Maracaibo, por época ferial, la semi portátil de Barquisimeto, o incluso corridas puntuales en el calendario taurino nacional como la de la PTJ, la de los Bomberos, o incluso la más importante de todas, como era la de la Prensa, todas ellas en el ruedo de San Agustín.

Este lunes, en horas de la fría madrugada de la ciudad canadiense de Toronto, según informa el maestro del periodismo taurino Víctor José López “El Vito”, fallecía Don Roberto Marubini, un visionario de la organización de festejos taurinos en Venezuela en especial a mediados de la década de los ’70, los ’80 y gran parte de los ’90.

Fue Marubini un buen comerciante del lio del toro, así no manifestara mucho interés en los entresijos, ni los orígenes del toreo venezolano. Pero su habilidad para con su versátil promoción y difusión de lo que atañe a sus espectáculos elevó interés y eficiencia artística y económica a las mencionadas plazas.

Relata “El Vito”, que los origines taurinos de Don Roberto Marubini se remontan cuando Don Gregorio Quijano San Miguel, presidente de la entonces Empresa TAURIVENCA, organizaba las temporadas de novilladas en el Nuevo Circo de Caracas a comienzos y mediados de los ’70, y a Marubini un grupo  italiano de carniceros le encargó de negociar las carnes de las reses lidiadas en la plaza agustina, iniciando una fructífera relación con la fiesta de los toros.

En principio se asoció a Gregorio Quijano en la organización de las posteriores temporadas de novilladas que se dieron en Caracas, más tarde se independizo gracias al apoyo del líder de la Unión de Banderilleros Rafael Cavalieri.

Hijo de don Victorio Marubini, don Roberto llegó a Venezuela procedente de Italia a los ocho años de edad. Lo hizo junto a su madre, la señora Renata de Marubini para residenciarse en Puerto Cabello. Como gran parte de la inmigración italiana, los Marubini echaron raíces en Venezuela. Roberto casó con Maritza González, padres de Roberto y de Sandro, este último quien seguiría los pasos de su padre en el negocio de espectáculos taurinos y de otras lides artísticas, tanto en la capital zuliana como en otras plazas, como fue el caso de la merideña de Tovar en el año 98.

Don Roberto Marubini ya había mostrado un delicado estado de salud desde hacía varios años, cuando sufriría un sorpresivo ACV hemorrágico que le mantuvo con ciertas limitaciones motoras en sus últimos días al lado de su hijo mayor, radicado desde hacía varios años en suelo canadiense.

Desde estas líneas nos unimos al pesar por la pérdida física de un hombre al que supo ver las posibilidades de la fiesta brava, le cimentó y le ofreció el status que hoy añora, a pesar de que también con él se haya visto el comienzo del blanco y oscuro de lo que hoy día es nuestra fiesta brava.