Por el Perú, México, España, andan matadores de toros y novilleros venezolanos en busca de nuevos aires, entrenando en el campo bravo, cumpliendo rodaje profesional, con el ánimo de ser tomados en cuenta por los empresarios taurinos, que tienen bajo su responsabilidad organizativa, los ciclos taurinos de las ferias tradicionales patronales que están por delante en el Calendario Taurino Venezolano, sin olvidar a los que se quedan en el país, que junto a los que están en el exterior, claman por la oportunidad deseada, negada en buena parte con la clásica excusa empresarial ese no lleva gente a una plaza.

La nueva generación de la cantera taurina venezolana, de un tiempo para acá, para no decir siempre, se las ha visto negra para ser tomados en cuenta por los empresarios taurinos, sin olvidar la mala influencia de algunos, que quitan puesto usando triquiñuelas, no dignas de quien se considere profesional.

Cada vez que se tiene oportunidad de conversar con un joven matador de toros o novillero venezolano, cuando se les indaga como van las cosas profesionales, la respuesta siempre es la misma esperando el chance, lo que indudablemente desespera a cualquiera, ante el afán de torear.

De verdad que suena mísero eso de esperando el chance y por ello, mientras llega por obra y gracia del espíritu santo y de algún empresario que se duela, muchos matadores de toros y novilleros venezolanos, se las arreglan para irse al exterior en busca de nuevos aires, de la oportunidad negada en este país, amén de que la actividad taurina ha bajado considerablemente.

Ojalá, en la organización de las venideras ferias taurinas que están por delante en el Calendario Taurino Venezolano, la nueva generación sea tomada en cuenta por los empresarios taurinos, hagan valer lo que tanto pregonan con esto de apostamos a lo nuestro y estos jóvenes toreros que andan por el exterior, los que están en el país, tengan la oportunidad de darse a conocer, mostrarse, ante una afición, que de paso, ya reclama nuevas caras en los ruedos venezolanos.