A mediados de 1.978 en el bar-restaurant «Cuchilleros» de la céntrica avenida Urdaneta caraqueña, se encuentra  en una de sus diminutas mesas entre castizas tapas y… alguna que otra copa… el que fuera destacado matador de toros madrileño Antonio Chenel   Albadalejo con 48 años…! sin tabaco!… por haber perdido cuantiosas sumas en «malos negocios»  pero…. con muchos amigos venezolanos que le admiraron desde que   se adjudicara la «Pluma de Oro» de la tradicional «Corrida de la Prensa» en el Nuevo Circo capitalino. Recordando con los propietarios de la taurinísima tasca, los hermanos Pedro y Juan Campuzano, ex.-novillero y mozo de espadas españoles respectivamente, su célebre faena al toro «Blanco» de Osborne  en 1.966 y…entre las humaradas de su permanente pitillo rubio en sus dedos, que más tarde iba hacer estragos en su salud,  contaba  cómo al ser su cuñado mayoral de la plaza  de toros  «Las Ventas» le aficiona , para que en el campo novilleríl asome talento y clasicismo, logrando alternativarse el 8 de marzo de 1.952  a los  20 años en Castellón de la Plana, siendo su padrino Julio Aparicio y testigo Pedro Martínez «Pedres», confirmando en Madrid el mismo año repitiendo el padrinazgo Julio Aparicio delante del gran estoqueador gaditano  Rafael Ortega…

 


Sin imaginarse  lo que le deparaba el destino ante tan  incierto  futuro, el afable y desprendido «Antoñete»! el del mechón blanco! , en grata tertulia con el  calificado pediatra Manuel Malpica Pasos y el recordado abogado Luis Pietri, en compañía del jurisconsulto de la amistad  Víctor Saume y el  carismático colega César Lemoine , quienes construían la funcional y hermosa plaza de toros «Plazamar» de la isla de Margarita, le convencen  para que conforme uno de los postinudos carteles de inauguración, uniéndose quien suscribe al grupo organizador de la «Feria de las Perlas» en calidad de «coordinador general» y «maestro de ceremonias» , sin pensar que la «Fiesta Brava» iba a ser la  «causante»  para que viva hoy por hoy lleno de ilusiones en tan promisoria isla caribeña. Siendo testigo presencial cuando de  impecable rosa y oro,  el de la personalísima torería,  ejecuta memorable faenón al encastado  «Verde Luna» de la prestigiosa ganadería santacolomeña de «Bella Vista» propiedad de los escrupulosos ganaderos  Don Elías Acosta Hermoso y J.J. Vallenilla Calcaño, fue tal la vibrante sesión de buen torear, impregnada de inconmensurable arte, de una templanza y maestría nunca vista hace  33 años,  que la presidencia conformada  por el destacado veterinario Manuel Zafrané,  concede el indulto al noble torazo  negro bragado. Por unánime petición de la enloquecida afición, quedando en nuestras retinas la imborrable gesta, el influyente apoderado español  Eduardo Lozano quien estaba presente  en el callejón, visiblemente emocionado como Tomás Terry entre otras caras conocidas, se encargaron de propagar la grandeza del faenón en toda  España, hasta que Manuel Martínez  Flamerique «Chopera» le hace reaparecer en «su» plaza de «Las Ventas» madrileña el 22 de Mayo de 1.981, consagrándose desde que su «segunda patria» Venezuela, tal como me lo confesase  entrevistándolo en el Hotel «Colón» sevillano en 1.998 para el premiado  programa televisivo «Un Venezolano en España», cuando ya era comentarista del «Canal Plus» con Manolo Molés,  nuestro noble  país le diese el suficiente respaldo,  para que desde 1.981 al 2.001 con 69 años a cuestas, la afección respiratoria  no le permitiese concluir en Burgos su última corrida y comenzase a pasarle factura a los millares de cigarrillos consumidos en  seis décadas por lo que  todo el «Universo Taurino»  le consagrase como  irrepetible figura del toreo contemporáneo  .


Hoy le lloramos «aquí y allá», dejando profundas raíces, amigos por doquier, entre ellos «La Gran Dama» Maribel Llorens de Branger, viuda de su mejor amigo Marcos Branger, ganaderos de «Tarapío», quien fuera el tentador oficial por muchos años.

Vaya para Antonio Chenel «Antoñete» nuestra admiración y respeto, desde esta isla maravillosa donde el «Circulo Taurino Amigos de la Dinastía Bienvenida» (Capitulo Margarita) le rendirá homenaje póstumo  audiovisual  «al a limón» con  otro de nuestros más aguerridos toreros patrios Bernardo Valencia, reunidos ambos en  el cielo desde ya  en franca camaradería, platicando  las veces que ambos se liaron en los ruedos de nuestra bolivarense «Venezuela Taurina». 
 
!Que Dios los conserve en la gloria..!