El diestro jienense  Curro Díaz lidió al primero, descarado, y de salida corretón que tomó el capote sin humillar. Recibió dos varas, picado trasero en la primera. Faena de buen corte torero, con calidad, a un toro que embestía  sin humillar y punteando a la salida de la suerte. Lo despachó de un bajonazo que emborronó todo lo destacado que había hecho. El cuarto con las fuerzas justas y noble embestida tomó la muleta humillado y la faena alcanzó empaque y estima muy torera. Mató de media estocada en lo alto y una estocada sin puntilla haciendo bien la suerte. Hubo petición de oreja y dio la vuelta al ruedo.

 

Eduardo Gallo se encontró con  el segundo, abanto de salida, que tomó el capote y terminó doblando bien ante unos delantales del diestro salmantino. El toro cumplió en varas y acudió a la muleta con nobleza embistiendo con la cara a media altura. Faena con pases fuera de cacho y sin relumbrón. Con el brazo suelto dejó una estocada que fue suficiente. Algunos optimistas pidieron la oreja, no sabemos el motivo pues no había mérito para tal premio. Saludó desde el tercio. El quinto, un toro regordío que se salió suelto en varas y al que realizó un quite por verónicas fue un astado de destacadas condiciones para la muleta, embistió humillado con nobleza y repitiendo. Le asfixió la arrancada citándole muy en corto y con la muleta atrasada y en pases monótonos se le fue la oportunidad de un triunfo. La larga duración del muleteó provocó un aviso y entrando con el brazo suelto dejó el diestro salmantino una estocada que fue definitiva. El toro fue ovacionado en el arrastre.

 

Andrés Palacios recogió con el capote al tercero que salió abanto. Toro al que picaron trasero para una faena de trámite a un astado que embestía con la cabeza a media altura y que le propinó dos coladas por el derecho. Lo despachó de una estocada corta y trasera que refrendó con el descabello. El sexto cumplió en varas y la faena perdió toda clase de interés al ahogar la embestida del toro sin citarlo adelantando la muleta, un toro noble que requería otra colocación del torero y otro juego de la muleta. Acabó de un pinchazo y estocada.

 

 

 

 

 

 

 

 

Crónica de José Julio García

Decano de los críticos taurinos de España