(SANTA CRUZ DE MORA, Enviado Especial).- Tarde entretenida la que ha tenido lugar ayer, en el marco de la Corrida de Toros Extraordinaria en el marco de la Feria de la Virgen de Carmen, en la cafetera población de Santa Cruz de Mora, en la que el encierro enviado por el ganadero Juan Campolargo ha servido para que los coletas actuantes se encontraran a gran nivel, destacando las actuaciones de César Vanegas (quien salió en hombros tras el corte de dos orejas) Erick Cortés y Jonathan Guillén, estos últimos tras el corte de una oreja respectivamente.

Abrió plaza Erick Cortés antes las nobles embestidas del pupilo de Campolargo al que aprovechó a plenitud sobre la mano diestra, labor que brindaría a la artífice de este regreso de la fiesta brava a Santa Cruz, como lo es la recordada Reina del Sol 1992, Dra. Gladys Flores. Labor de gran calado y templado trazo sobre la mano diestra, a la que incluso se le pidió el indulto al bravo astado. El pinchazo, antes de medio espadazo fulminante, para la concesión de una oreja.

Par de orejas las que paseó el veterano y fornido coleta de Seboruco César Venegas, quien aprovecharía al máximo las bondades del gran astado que supo sacar partido. Sobre ambas manos, previo brindis labor al ciclista José Rujano, Vanegas se recreó en torear a gusto, relajado, con técnica y oficio, para tras certero volapié cortar las dos orejas y por ende asegurar la Puerta Grande.

Complicada papeleta la que pechó Gregorio Torres “Maravilla” ante el serio burel que pechó en suerte, que propicio tumbo al piquero de turno, William Hidalgo “El Llanerito”. Intenciones y valor las que demostró el mencionado coleta, ante un ejemplar que marcó pronto querencias a tablas. Fue silenciado tras medio espadazo fulminante.

Cerró función el emeritense Guillén quien el verdor del oficio no le desmeritó la voluntad y deseos de triunfo que dejo patente con un toro que exigió el rodaje que aún no tiene. Labor de intermitencias que supo cumplimentar con la entrega que colofonó con el certero medio espadazo que dejó, ligeramente desprendido y trasero, que caló para que la petición hiciera que el palco asomara el pañuelo de la oreja postrera.