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Artículo de Saturnino Napal

La estirpe de los legendarios toros navarros, procede – como hemos visto en los capítulos anteriores -, de los siglos pasados, alcanzando su máximo esplendor en el siglo XIX.

Toros famosos por su movilidad y agresividad. Toros de hechuras y pintas inconfundibles. Toros eliminados en su práctica totalidad en los inicios del siglo XIX, por lo menos para el toreo formal.

Aunque sus genes en mayor o menor pureza todavía se conservan en algunas ganaderías navarras y aragonesas, donde su temperamento y dureza las hace indispensables para la tauromaquia popular de encierros, capeas y concursos de recortadores.

Aquí  es donde un romántico, enamorado de la “casta navarra”,

“recortador” genial y pastor del encierro sanferminero ha ido en busca de este mítico “encaste” decimonónico.

Miguel Reta a contracorriente de la evolución de la fiesta, se ha embarcado en la romántica tarea de intentar rescatar la casta brava que crearon los antepasados navarros y todo a partir – por el momento – de una vaca vieja, dos novillas y un novillo.

Todo el ganado proviene de la ganadería de Nicolas Aranda, que posiblemente sea el ganadero navarro que mantiene en mayor pureza el “encaste” primigenio.

Como comentábamos en el capítulo dedicado a los vestigios de la “casta navarra”: “A pesar de no ser unas reses muy espectaculares – son vacas muy “terciaditas” y de cornamenta recortada”-, sus “hechuras” nos retrotraen al siglo XIX y es el ganado mas “bonito” y de mas “carácter ” que hemos encontrado en nuestra busca de la “casta navarra”.

La vaca vieja, las novillas  y el novillo provienen de reatas antiguas y con solera, ya presentes en lo de Nogué y Supervía: las Lagartijas, Lobas y Eléctricas.

Entre encinas y hayas en las laderas del Perdón ( cerrados de Francoandía y Francochiqui), a escasa distancia de Pamplona, y debajo de los poco taurinos “molinos de viento” se encuentran las reses de Miguel Reta.

Todas “coloradas”, “astiblancas” y veletas. El novillo con un extraño “chorredao” y  “veleto” en extremo.

A partir de este escaso, pero valioso material y por medio de implantes de embriones en vacas mansas, que Miguel posee en otra finca, es posible que en un tiempo no muy dilatado podamos volver a ver una ganadería de “casta navarra” pura y con selección, tienta clásica y paciencia ver lidiar toros navarros, vueltos del “ túnel del tiempo”.