Relación de las víctimas del toreo acaecidas durante el año 1922.

Fue mayor su presencia en los cosos mexicanos que en los de su patria, del novillero de San Fernando (Cádiz), Jerónimo de la Cruz, «Barquero», y en uno de aquellos, concretamente en el de Mazatlán, resultó mortalmente herido el 2 de abril, falleciendo el día 9 siguiente.

Poco a poco, pero con firmeza fue escalando puestos en el escalafón de matadores de toros el trianero Manuel Varé García, «Varelito», que sobresalió en la ejecución de la suerte suprema y, en parte, sería tan arriesgada suerte la causante de la gravísima cornada que le propinara en el recto, «Bombito» de la vacada de Guadalest el 21 de abril en la última corrida de la feria de Sevilla. Moriría el 13 de mayo siguiente.

De azul marino y oro vestía la tarde del 7 de mayo Manuel Granero Valls cuando confirmó su alternativa en la plaza de toros de Madrid, acompañado por Juan Luis de La Rosa y Marcial Lalanda. Sería el quinto toro, de nombre «Pocapena», del duque de      Veragua, el que al intentar su faena de muleta el Xiquet de Valencia con un pase ayuda­do por alto, empitonase al diestro por la pierna derecha, tirándole varios derrotes en el suelo y metiendo el cuerpo del infortunado diestro bajo el estribo del tendido 2, para asestarle, finalmente, una cornada que penetrando por el ojo derecho le destrozó el cráneo. Posiblemente haya sido la cogida más horrorosa de cuantas registra la historia de la Tauromaquia.

José Belza, «Belzita», que no lograse destacar como novillero, acabó convirtiéndose en banderillero. Sería en Nimes (Francia), el 25 de mayo cuando fue corneado de mucha gravedad por una res de La Camarga, que finalmente le causaría la muerte.

En Medina de Rioseco (Valladolid) fue herido de gravedad en la cabeza, por un novi­llo de Vaillagodio, el novillero Martín Echendía, «Chico de Basurto». El hecho tuvo lugar el 9 de junio y el infortunado novillero dejaría de existir el 7 de agosto siguiente.

Juan Ruíz, «Lagartija II» se anuncia para torear en Murcia el día 25 de junio. Al estoquear a su segundo toro, de la vacada de Antonio Flores, es herido, muy gravemen­te, en la ingle derecha. El público al percatarse de la gravedad de la cornada, solicitó y obtuvo de la presidencia la suspensión de la corrida.

En un modesto festejo celebrado en la localidad valenciana de Silla, resultó cogido el 9 de agosto el banderillero Silvino Carbonell, que a la postre le causaría la muerte.

El 26 de noviembre se lanza de espontáneo en la plaza de Madrid, el novillero madrile­ño Teodoro Bravo, «Chamizo», al que un novillo de Natera le propinó una cornada en la región lumbar que le causaría la muerte pocas horas después.