El toro que desapareció en la gruta

 “En el año de 1900, el patrón de la hacienda Calcehtok hizo una invitación a sus amistades para que conocieran las famosas grutas de Calcehtok. Fue un domingo. Llegaron los 50 visitantes de Mérida que había invitado y el patrón le dijo a un vaquero que fuera a las ruinas de Oxkintok a traer un toro grande porque se los iba a ofrecer de almorzar a los visitantes. El vaquero ensilló su caballo y se fue, llegó al corral, le puso el lazo en el cuerno al toro y lo llevó para la hacienda. En el camino hay una gruta. Llegando cerca de la orilla de la gruta el toro dio un brinco y se tiró hacia adentro de la gruta y jaló al caballo y al vaquero. Se cayeron los tres y mientras en la hacienda, estaban esperando al vaquero que nunca llegó. Era la gruta Chuyen Balam. El patrón avisó a toda la gente para que vaya la gente a rescatar en el monte de Oxkintok. De ida no lo hallaron y al regreso acecharon la gruta y se dieron cuenta que estaba ahí, pero muerto. Chuyen Balam es una gruta de hondo 40 metros, ninguna persona quiso entrar a sacar el cadáver. El año de 1990 llegaron unos espeleólogos y entraron a las cavernas Chuyen Balam y ellos lo sacaron. En la cueva encontraron los huesos del vaquero y del caballo, pero los del toro, nunca los encontraron.

 

El toro y las corridas

Contaba Don Roger que para convertirse en Jwan Tul, primero hay que montar un toro, de ésta manera se termina de realizar el pacto con Satanás, y entonces se vuelve otra vez como hombre. “Cuando veas un toro negro con una estrella en la frente es Jwan Tul

 

Éste toro es de enorme tamaño. Éste hombre que hizo el pacto debe participar en alguna corrida de toros. Si ve que a un toro no lo torea otro torero, él debe lanzarse al ruedo, quitarle la capa al torero y torearlo, esto lo tiene que hacer solito. Entonces ésta persona empieza a torear al toro como lo hacen en las plazas de toros, – “como en la plaza de toros Mérida, igualito”. – Cuando termina el público se lo agradece con aplausos, pero tiene que cansar al toro, seguramente le van a tirar dinero en el suelo y él lo tiene que recoger. Y así lo tiene que hacer en cualquiera corrida, para que la gente vea que es buen torero y muchos de los organizadores lo va a contratar; pero eso sí, él va a pedir un precio elevado. Después de diez o veinte años va a llegar su día, va a finalizar su vida en las corrida de toros, y la manera como se va a dar cuenta, ya que él no lo sabe, es cuando entre un toro al ruedo. Lo va a torear, pero si ya llegó su día, el toro lo va a matar en ese mismo lugar. Así es la vida de un hombre que tiene pacto con el Jwan Tul. El toro es gordo, bonito, alto, con la cola larga, así es un Jwan Tul y es un animal raro.

 

Del toro dueño del ganado y sus rugidos como de ferrocarril

“Yo cuando lo vi allá en el cerro era el año de 1955. Estaba yo caminando por el camino casi llegando a la puerta de una gruta, cuando escuché el pito del toro, pero recio, hasta me asustó, parecía el pito de un ferrocarril, y me paré a la orilla de la gruta, escuché el pito recio y me pareció raro porque ya está hablando a los toros, y cuando escuché entonces, por toda la ruta venían animales, pero corriendo, no caminando, pero como en 20 minutos el toro ya estaba rodeado de otros toros, de vacas, de becerros, entonces el toro empezó a hablar, estaba hablando con los demás y se oía como les decía:

 

-mmmjj, mmmmjjj, mmjjj, – así decía, quién sabe lo que decía, creo que era la despedida, porque en ese mes murió un toro acá y era un toro grande, le estaban pidiendo al señor que lo vendiera, pero no lo quiso vender, y cuando murió el toro, nadie se lo quiso comer, sólo los zopilotes se lo comieron, aves de rapiña, nadie lo comió, ni el dueño, allá murió, al frente de Don Amilcar, allá murió.

 

Entonces le dije a mi papá y me dijo:

 

-sí, cuando un toro tiene 10, 12 o 15 años, ya no es un toro, es un Jwan Tul, es un brujo, es el papá del ganado- eso me dijo.”

 

El Jwan Tul y el auge ganadero

“Gráfila Cuy platicaba que en 1905, Bernardina Vergara Garrido, trabajaba acompañada por su madre Josefa Garrido Rodríguez. Un día cruzaron la puerta de un corral de ganado en un rancho.

 

Como a las once de la mañana vieron un toro  de tamaño exagerado que arrastraba su cola por el suelo. Las mujeres se asustaron y corrieron a prisa. Cuando llegaron a la hacienda Santa Cruz, les contaron a las personas de ahí y ellas les dijeron que lo que vieron no era un toro, sino un Jwan Tul. Les dijeron también que era un dios Satanás, dios de los animales que se transforma en humano.

 

Dijo que en la hacienda Calcehtok , en 1908, los patrones tenían mucho ganado vacuno y caballos. Tres corrales de a veinte mecates cuadrados se llenaban con toros, vacas, becerros y terneras, aproximadamente tres mil cabezas de ganado cabían ahí.

 

En abril, en tiempo de secas, los animales se juntaban en el corral durante el día. En una ocasión cuando amaneció, el bebedero, que tenían como cincuenta metros de largo, estaba vacío, el agua había desaparecido totalmente; lo cual les pareció cosa rara. Un día los mayorales los espiaron durante una noche pero el sueño los venció y cuando amaneció el agua había desaparecido de nuevo del bebedero. La siguiente noche volvieron a vigilar el bebedero y vieron que un toro enorme entró al corral a las doce de la noche y se dirigió al bebedero. Ellos estaban tan impresionados que no pudieron hacer nada. Cuando vieron al toro salir del corral, dispararon sus armas al animal.

 

El encargado del rancho le avisó al patrón de lo sucedido, el patrón le pidió consejo a un sacerdote en Mérida, y éste fue al rancho y lo bendijo con oraciones y de esa forma le dio fin a esas anomalías.”

 

La ganadería como actividad económica se desarrolló en la Península de Yucatán desde finales del siglo XVII y tuvo su auge durante la primera mitad del siglo XIX. Hacia 1845 existían más de mil 300 haciendas dedicadas a la cría de ganado y el hato ganadero ascendía a más de 400 mil cabezas. La proliferación del ganado causaba graves problemas a la sociedad indígena porque le disputaba la tierra, el agua y destruía las cementeras. El ganado causó un fuerte impacto cultural entre la población indígena y mestiza. La inclusión del ganado vacuno, en especial el toro, no es casual, sino que constituye una evidencia de la importancia que tuvo esta actividad pecuaria en la vida de las comunidades mayas.

 

El mito sobre un animal como el toro venía asociado también al concepto del mal proveniente de la religión de los dominadores. Los pactos con el diablo eran quizá la forma más asimilable de la sumisión ante el poder de los europeos que detentaban el poder.

 

Parte del folclor actual es una reminiscencia del periodo ganadero en la Península de Yucatán. La leyenda de Jwan Tul forma parte de la explicación y de la posición que los mayas de los pueblos y haciendas asumieron ante la fuerte competencia del ganado.

 

Hace más de un siglo que en Calcehtok dejó de criarse ganado y sin embargo la leyenda de Jwan Tul  ha permitido mantener viva la memoria colectiva de los tiempos en los que el ganado competía con los habitantes de la naciente comunidad por los recursos necesarios para su supervivencia.