Tras una edición del 2008 que la meteorología adversa había condicionado con una celebración tierras adentro, el tradicional acoso y derribo de Saintes Maries de la Mer (Francia) ha vuelto al marco único de la playa de la capital de la Camarga. Las vacas no ofrecieron demasiada colaboración para los jinetes,  aunque el numeroso público que acudió a presenciar la faena campera sí pudo disfrutar de la maestría que exhibió El Juli tanto a caballo como pie a tierra y del pellizco de Juan Bautista, Matías Tejela y Eduardo Dávila Miura.

El festival taurino era este año la novedad, y a pesar de algunas nubes la placita gala se llenó para un cartel de gran atractivo. Los novillos de Antonio Palla cumplieron con un interesante comportamiento, destacando el excelente tercero que recibió honores de vuelta al ruedo póstuma.

El rejoneador José Luis Cañaveral con un buen novillo de Laget, aunque justo de fuerzas, ofreció una doma muy clásica para abrir plaza. (Oreja)

Eduardo Dávila Miura se gustó toreando al son de su pasodoble a un buen ejemplar de Palla, un puntito justo de fuerzas, y al que tumbó de una entera recetada con determinación. (Dos orejas)

El Juli se acopló enseguida al gran novillo que le cupo en suerte, astado  que solo se vino a menos al final del trasteo de muleta. El estoconazo liberó una sonora petición y el madrileño fue premiado con los máximos trofeos, siendo también premiado con vuelta el novillo de Antonio Palla.

Juan Bautista compartió el protagonismo del segundo tercio con El Juli y Matías Tejela  antes de iniciar una faena medida a las muestras de poca fuerza de su oponente, que finalmente sacó casta y se vino arriba para mayor relieve de la actuación del arlesano que lo despachó de una estocada recibiendo, para cortarle también los máximos trofeos.

El ejemplar que sorteó Matías Tejela tuvo más motor que el resto del encierro, y ofreció un emocionante tercio de varas. El diestro madrileño no llegó a encontrarse del todo a gusto como sus compañeros de cartel, pero desorejó a su novillo tras pasaportarlo de una buena estocada.

Thomas Joubert recibió rodilla en tierra el novillo de Blohorn que cerraba el festival, y que resultó ser el más complicado de la tarde. El novillero galo pudo lucirse en varias tandas esencialmente por la izquierda y pudo cosechar un triunfo de mayor envergadura de no haber fallado con los aceros. (Oreja)

 

 

Crónica de Laurent Deloye “El Tico”