Román Pérez que entró en el cartel sustituyendo a Miguel Tendero ha cortado en el primero una oreja de peso a los cinco días de doctorarse en la vecina Arles. Un primer toro de nobleza un tanto bobalicona, que el diestro supo canalizar con depurada técnica antes de recetar una entera de efecto inmediato. El que cerró plaza desarrolló complicaciones y el nuevo doctor en tauromaquia tuvo el mérito de justificarse cuando no había mucha opción para el lucimiento. (Oreja y silencio)

El Juli ha abierto la Puerta de los Cónsules de una de sus plazas predilectas después de dos poderosos trasteos a dos ejemplares de muy distinta condición. Se encontró primero con el mejor toro de la corrida y el inicio de faena técnico y pulcro dejó lugar a un final inverosímil e inspiradísimo de un Julián López  con las zapatillas clavadas en el albero mientras el astado giraba una y otra vez y completamente dominado alrededor de su matador. El estoconazo liberó los dos pañuelos blancos sin la menor duda presidencial. El quinto era de otro mimbre, mansote de salida fue picado a base de refilonazos al alimón por los dos varilargueros presentes en el ruedo y mientras una tormenta descargaba con toda virulencia sobre el anfiteatro romano. El diestro acabó por meter al de Garcigrande en el canasto, como lo había hecho con su hermano de camada unos veinte minutos antes. (Dos orejas y oreja)

Sebastián Castella no fue el más aventajado por el sorteo esta tarde. Su primero que dejaba vislumbrar virtudes al principio de la faena de muleta probablemente se lastímó, y acabó echándose  en un par de ocasiones, lo que obligó a abreviar al diestro de Béziers. El precioso berrendo que hizo quinto se puso complicado y sin mucho que ofrecer en el último tercio, a pesar de haberle dosificado el castigo en varas. Sebastían Castella  que viene precedido de una serie de triunfos quedó inédito hoy en Nimes, pero tendrá una nueva comparecencia el próximo domingo en este mismo ruedo. (Silencio en ambos)

 

Incidencias: el banderillero Emilio Fernández, de la cuadrilla de El Juli, fue corneado a la altura del triángulo de Scarpa, con pronóstico menos grave.

 

Crónica de Laurent Deloye, “El Tico”