Acudía a su finca “Lo Alvaro”, cuando en el término municipal de Higuera de la Sierra en la provincia de Huelva, al mediodía del lunes día 18 de abril, sufrió una fuerte colisión contra un camión que le causó la muerte.

 

Contaba 69 años de edad, y desde 1978, pasó a su propiedad el hierro original y una parte de las reses heredadas de su padre Juan Pedro Domecq y Díez, de origen Veragua, que luego eliminó y continuó con vacas adquiridas al Conde la Corte.

 

Cuidadoso y observador de la crianza del toro de lidia fue tratando y mejorando el encaste, tipo zootécnico de las reses, logrando un toro bajo de agujas, armónico, de embestida noble con fijeza, clase, que repetía en la embestida con pujanza, que tanto solicitan preferentemente las figuras del toreo. Hubo taurinos que por los triunfos ganaderos de la divisa roja y blanca, al toro de su propiedad le dieron en llamar el “toro artistia”. Acertó a cuidar y mantener el prestigio de la ganadería que en 1930 adquirió su abuelo Don Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio, procedentes de Veragua y después continuó su padre Don Juan Pedro Domecq y Díez.

 

Sus restos mortales incinerados en el tanatorio de la localidad onubense de Valverde del Camino,  han sido depositados en su finca “Lo Alvaro” en Castilleja de las Guardas (Sevilla). Descanse en paz, el ilustre ganadero que será siempre recordado por su genial creación ganadera.

 

José Julio García

Decano de la Crítica Taurina

Escalera del Éxito 103