Antes de romperse el paseíllo, el alcalde de Almagro, Luis Maldonado, leyó un manifiesto en defensa de la fiesta, como se viene haciendo en las distintas plazas de España, pero si cabe este manifiesto con entidad propia, una de las frases que más han llamado la atención fue la de “Proclamamos que el toreo es cultura en sí, por su capacidad de transmitir emociones a las personas que lo presencian. Estamos de acuerdo con Federico García Lorca, que decía que el toreo es “la fiesta más culta que hay hoy en el mundo””. Terminando con el tradicional ¡Viva la fiesta Nacional!

Entrando en materia taurina cabe decir que Ponce no tuvo su tarde, sobre todo por el mal uso de los aceros que hizo. El triunfo de Ciudad Real no pudo repetirlo en Almagro. Su primero tardó mucho en fijarse en su capote. La faena de muleta la alargó demasiado, escuchando dos avisos antes de dar muerte al primero de la tarde. Una faena realizada por ambos pitones, en la que lo mejor ha llegado en la mitad de la misma, con la mano diestra donde dejó muletazos que calaron en el tendido. En su segundo, tampoco pudo conseguir un toreo de grandes vuelos puesto que su enemigo no se compenetró con él. Estuvo por encima en todo momento. Mató de pinchazo y estocada tendida.

Lo mejor de la tarde llegó a manos de José María Manzanares, que le correspondió en suerte un buen lote. A su primero lo recibió con un fajo de verónicas rematados con una media con sabor. Desde un principio cuido muy bien al de Gavira, pidiéndole al picador que apenas lo picara, cambió el tercio en el segundo par. Con la muleta estuvo muy templado por ambas manos. Su faena caló pronto en los tendidos y la estocada que la dejó un pelín contraria sirvió para que el respetable pidiera con fuerza las dos orejas. l quinto de la tarde fue devuelto por inválido y salió el sobrero, el toro de más calidad del encierro. Lo recibió a la verónica, lanceando con gran sabor. Su gran labor llegó con la franela donde dejó tandas de gran calidad y sabor, sobre todo los remates donde reflejó un toreo de arte con sabor añejo. La pena es que pinchó para posteriormente dejar una estocada en todo lo alto, por ello el triunfo fue tan sólo de una oreja, pero bien ganada por la faena que había realizado.

No tuvo suerte Miguel Ángel Perera con el tercero de la tarde. En el capote el toro salió avanto sin querer saber nada del percal del extremeño. Lo mismo le pasó en el caballo que apenas se ha fijado. En banderillas intenta cambiar el tercio al segundo par y el presidente se niega, con lo que el torero se encara con la presidencia. En la faena muleteril tuvo que lidiarlo en los terrenos que demandaba el de Gavira. Muy bonitos los comienzos flexionado para someter al astado. A mitad de la faena sonó la música, una faena que no tenía calado en el tendido. Mató de pinchazo, estocada y dos descabellos. n el que cerraba plaza se vio a un Perera diferente, con ganas de triunfar, pero tampoco pudo ser, la espada le privó de conseguir tocar pelo, tres pinchazos estropearon lo que había realizado con la muleta. Al final si consiguió una estocada en todo lo alto pero no fue suficiente. Con el capote consiguió dejar unas verónicas de bella factura, cosa que en su anterior no pudo hacerlo.

Lástima que los toros acusarán el desembarco del domingo.