El encierro se compuso con cuatro toros de la divisa manchega de Fidel San Román, encaste Villamarta y dos de la ganadería toledana de El Ventorrillo, encaste Juan Pedro Domecq Solís, la flojedad de remos de conjunto privaron de lucimiento a la buena disposición de los diestros, Tomás Sánchez que confirmó la alternativa, el murciano Alfonso Romero y José Manuel Más.

 

Con el primero de nombre Chabero, negro, marcado con el número 19 y 557 kilos de peso, confirmó la alternativa este madrileño hecho torero en Valencia, Tomás Sánchez, de manos de Alfonso Romero. El toro se iba suelto de os capotes, hizo breve pelea en varas y en banderillas, acosó y persiguió haciendo hilo con los rehileteros. Ante la muleta se quedó corto de arrancada y echó la cara arriba. El diestro aguantó y resultó tropicado, como no había nada que hacer, lo despachó media que escupió, dos pinchazos y una estocada ladeada. El cuarto se iba suelto y tras dos varas, en banderillas hizo centro a los rehileteros y se arrancó sin fijeza buscando. Ante la muleta echó la cara arriba y en un pase enganchó al diestro. Pese a la poca fuerza y corta embestida sacó algunos muletazos ligados de buena factura y acabó de estocada ladeada.

 

Alfonso Romero, torero de buen estilo con clase y temple en su hacer, se dejó ver en los lances de recibo al segundo de “El Ventorrillo”, que en varas peleó golpeando el estribo, y en banderillas esperó y cortó el viaje, para llegar al último tercio quedado, corto de arrancada y cabeceando ante la imposibilidad de hacer, lo pasaportó de media estocada y una entera. El quinto se iba suelto y ante el capote se revolvía pronto sin dejar acoplarse. Cabeceó el estribo en varas y ya en la faena muleteril se revolvía pronto sin dejar acoplarse al diestro. Lo despenó de dos pinchazos, media estocada y cuatro descabellos.

 

El madrileño José Manuel Más, vio cómo el tercero con fuerza y fijeza en la primera vara y después se salió suelto de la segunda. Con arrancada corta y echando la cara arriba no pasaba. El diestro insistió para lograr hacerlo pasar, pero no fue posible y lo envió al desolladero de dos estocadas, sonó un aviso por extenderse en la imposible porfía y acabó de un descabello.

 

El sexto de “El Ventorrillo”, abierto, de cornamenta, por un capote inoportuno se estrelló contra el burladero. Toro con presencia en la segunda vara derribó y se fue suelto, ya hizo sospechar y antes la muleta no ofreció nada a favor de redondear una faena y lo finiquitó de pinchazo y estocada entrando con el brazo suelto.

 

Una tarde más de toro sin relieve, con media entrada más de público que de aficionados por las reacciones que se registraron durante la lidia. Madrid conocida por la Cátedra del Toreo, de seguir así va a perder prestigio.

 

 

 

José Julio García

Decano de la Crítica Taurina

Escalera del Éxito 103