Se lidiaron toros de D. Aníbal Vásquez,  de los hierros de El Olivar (1), Paiján (5) y cuatro de La Viña. Todos faltos de motor, o mejor dicho » de oxigeno» con un festejo celebrado en gran altitud. Se rajaron enseguida tras el puyazito que recibieron. El mejor fue el último.
 
Juan Carlos Cubas, de hueso y plata, cortó oreja a cada toro, sacando los pocos muletazos que tenían sus oponentes. Su mano izquierda hizo maravilla y mató con certeza.
 
Julien Dusseing «El Santo», de rosa y oro, tuvo el peor lote de la tarde al cual fue totalmente  imposible de poner banderillas, suerte en la cual el torero francés se luce normalmente. Abrevio y logró despachar sus toros de forma rápida. Ovación y ovación.
 
Emilio Barrantes, de grana y oro, fue valiente pero le falta todavía oficio. El novillero cajamarquino tuvo su público a favor, que lo premió con las dos orejas de su primero, y un apéndice del último.
 
Juan Carlos Cubas y Emilio Barrantes salieron a hombros por la puerta grande.

 


 
jean louis de pous de collioure.jpg                                                                                              Desde Cajamarca (Perú), crónica de  Juan Luis Pous de Collioure