Abrió plaza el torero de la tierra, Cristian Hernández, con “Pocas Pulgas” de número 787 y 405 kilos de peso, un cárdeno claro que al torear por tafalleras lo prendió del tobillo izquierdo con un ligero derrote. Cristian estaba probando las embestidas y al quedarse quieto el de Coroneo le dio una cornada extensa en el tobillo, ante la cual ya no pudo seguir en el ruedo. Se dolió mucho y fue trasladado a la enfermería recibiendo las palmas del  respetable. Fue trasladado al Sanatorio Alcocer de esta ciudad. Alejandro Corona se hizo cargo de la lidia y aunque al principio estuvo un tanto desconfiado tras un agarrón, logró buenos derechazos pero con muy poca trasmisión. Concluyó por manoletinas y mató recibiendo con una estocada contraria. Todo quedó en saludos al tercio y “Pocas Pulgas” fue aplaudido en el arrastre.

El segundo de la noche fue “Vito” de 346 kilos, cárdeno oscuro  deslucido que no permitió a Alejandro Corona hacer gran cosa. El michoacano trató de darle faena y ligó uno que otro derechazo. Después de pinchar dejó una estocada delantera para retirarse con los aplausos del público queretano.

Antonio Galindo, novillero debutante, vino con valor y ganas, aspectos que debe tener todo novillero. Le tocó en suertes “Gallito” de la ganadería de Yturbe, emotivo y bonito al que recibió de rodillas y después quitó por ceñidas chicuelinas. Brindó al empresario Nicolás González Aréstegui. El novillo era fijo y pronto en la muleta, por lo que Galindo le dio dos tandas por derecha un tanto arrebatadas. Quiso probar por naturales pero el Yturbe le buscaba los pies, lo agarró y se la perdonó. Lamentablemente falló con el acero y escuchó un aviso. Todo quedó en saludos al tercio.

Cerró plaza Michelito Lagravere con el novillo “Pirata” que al entrar al capote se mostraba incierto. Luego de ser picado iba fijo y permitió al Michelito levantar los ánimos en el tendido. Al tomar la muleta, inició probando por ambos lados. Mostró evolución de cuando lo vimos como niño torero hasta ahora, con una tanda de naturales se mostró emotivo y bien plantado, salió a tirar la plaza y así lo hizo, se llevó en el bolsillo a toda la afición que se dio cita en la Santa María. Se mostró variado, dando derechazos bastante relajado y con conocimiento. Mató de estocada entera sin efecto fulminante y recurrió tres veces al descabello. Sin embargo, los aficionados le premiaron cariñosamente con una vuelta al ruedo.