Con la luz de la luna se dio inicio a la Feria Taurina de Cali, con una novillada que si no hubiese sido por la faena del sexto, habría sido una noche de aburrimiento y desilusión.

Cristian Escribano abrió la primera puerta Señor de los Cristales en la feria 2010 – 2011, cuando todo parecía perdido en un festejo sin sabor; el español se plantó de rodillas en el centro del ruedo con su pañosa y ligó una tanda de derechazos de muy buena factura. Dicha tanda fue el abrebocas de una faena técnica, segura y madura por parte de un joven que se perfila como uno de los matadores de toros más importantes en el futuro.

Escribano cortó su mal tiempo con la espada en el sexto, sin embargo en su primer ejemplar no tuvo la misma suerte pues tras arrancar pases a un novillo manso remató con dificultad en la suerte suprema. Silencio y dos orejas.

Juan Camilo Alzate ofició como director de lidia y representante del tricolor nacional en noche de hoy, contó con mucha voluntad y empeño pero desafortunadamente no contó con un buen ejemplar en su segundo, y en el primero que permitía estar algo a gusto en la muleta;  el novillero no pudo acoplarse del todo. Pese a ello es de resaltar que aunque con más capacidades que sus hermanos, el primer novillo de la tarde en mi humilde opinión no merecía una vuelta al ruedo. Palmas y silencio.

Completaba el cartel el mexicano, Gerardo Adame, un novillero que aparenta timidez pero que frente a la cara del toro, revierte la timidez en valor; no fue su día por el complicado y manso lote que le correspondió, pero si que dejó una impronta de buena voluntad y valentía en la plaza de toros de Cañaveralejo. Oreja y Palmas.

Se lidió un encierro de Puerta de Hierro, muy bien presentado pero de muy mal comportamiento en términos generales; mansos sin salvación, cuatro de los seis. Muchos de ellos tuvieron malas ideas y carecieron de motor, el primero tuvo un pitón derecho potable y el sexto se dejó.

 

Desde Colombia, Informa Carolina Baquero