Torrecampo. (Córdoba) Plaza portátil. Corrida de toros con motivo de la Feria de Nuestra Señora de las Veredas. Menos de media entrada en tarde primaveral. Gabriel Picazo sustituyó al anunciado Alejandro Castro que presentó parte médico por un proceso febril.

 

Córdoba en mayo se viste de color y de fiesta. La capital se engalana para vivir su mes más festivo por antonomasia. Con el epilogo del mes vendrá la fiesta más culta de todas las fiestas,  a terminar de realzar el mayo cordobés. Mientras llega la feria, es en la provincia quien acoge el atávico rito taurómaco.  Cuando llega el primero de mayo, una bella población del Valle de los Pedroches, celebra su Feria en honor a Nuestra Señora de las Veredas. Con las fiestas vienen aparejados los toros y Torrecampo se ha convertido en un punto de encuentro para los aficionados cordobeses. Desde años atrás se vienen celebrando festejos mayores. Carteles modestos pero interesantísimos de cara al público. En esta edición la situación económica que atravesamos ha hecho disminuir el número de asistentes al festejo, pero los que fueron tuvieron la dicha de presenciar un festejo que aunque nunca terminó de romper, si tuvo muchos alicientes para no hacerlo aburrido.

Se lidió una corrida muy bien presentada con el hierro de Manuel Caro Andrade. Bien hechos, musculados, fuertes, con trapío, eso sí, un tanto astigordos. Por dentro tuvieron de todo. Viendo como está la cabaña brava en líneas generales con decir que se dejaron, ya decimos mucho.

 

 

Volvía a torear en la provincia Morenito de Aranda. Tras su paso por los festivales de la Asociación Española Contra el Cáncer de Córdoba y el celebrado a beneficio de la Hermandad de la Borriquita de Montoro, el torero que apodera Antonio Tejero, tiene su ambiente en Córdoba. Volvió a gustar y mucho. Es un torero al que funciona la cabeza, práctica un toreo dentro de la ortodoxia y a la vez con un gran sentido de la estética. Pechó con un soso primero al que le hizo una faena de más a menos y que duró un suspiro. Mucho mejor estuvo en su segundo que tuvo mayor duración. Faena muy estética y muy de verdad. El toreo de siempre enganchando adelante y rematando atrás. De arriba abajo. Buen concepto y buen trazo. Bien por Morenito.

 

 

 

 

 

 

Sergio Sanz es un torero de Córdoba que no tiene buena estrella. Sus avales son siempre los mismos. Honradez y verdad. Siempre que torea lo da todo, pero la suerte no le sonríe. Tuvo dos enemigos de muy similar comportamiento y con ellos, a pesar de una voltereta en cada uno, no se arredró. Es más a base de buscarles las vueltas los sometió entresacando alguna tanda meritoria. Mal con la espada. Eso le privó de cortar más trofeos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sustituía al anunciado Alejandro Castro, el torero de San Sebastián de los Reyes, Gabriel Picazo. Torero que intenta practicar las suertes de forma clásica y correcta pero que peca de mucha frialdad. Cortó más trofeos que sus compañeros por el buen uso de los aceros, pero apenas conecta con los tendidos. Mejor en su primero que en el sexto de la tarde.

 

 

 

 

 

 

 

   Desde Córdoba, crónica y fotos de Salvador Jiménez