Crónica de José Mª Moreno Bermejo. Escalera del Éxito 123

Toros de Alcurrucén para:

Curro Díaz, Joselito Adame y Juan del Álamo

CASI LLENO EN TARDE PRIMAVERAL

Una corrida bien presentada  de Alcurrucén, seria, con 3 toros de más de 5 años y medio y un 6º del hierro de Hermanos Lozano. “Segoviano”, 2º, fue el único toro de nota de la corrida, “7”; los otros 5 no nos recordaron al gran “Jabatillo”, el que propiciara en mayo del 2015 un triunfo rotundo a Castella al cortarle las 2 orejas. El mansísimo 5º rompió en la última parte de la faena de Adame y propició una orejita al hidrocálido torero. El 3º prometía pero tras la 2ª serie de Juan del Álamo se acabó, quedándose corto y renuente en sus embestidas. El 4º valió poquito y el 6º algo más, pero sin clase.

“Curro” Díaz es uno de los toreros que con más gusto disfruta el aficionado madrileño. Se ha ganado a pulso el ser “consentido” del exigente público venteño dado su esfuerzo en colocarse debidamente en las suertes, templar con gusto las embestidas y adoptar siempre una seriedad adecuada a la liturgia que exige un rito tan verdadero como es el del toreo. Por acompañar la embestida hasta el final de la suerte y vacilar en algún hoyo del deficiente piso del coso madrileño, cayó y fue volteado de mala manera por el primer morlaco de la tarde. Gracias a Dios resultó ileso. Destellos de toreo caro, sin continuidad.

“Joselito” Adame fue exigido en demasía por el cicatero aficionado que enjuicia negativamente todo lo que hacen las primeras figuras, incluso antes de que se haya planteado la faena a realizar. Los pases de recibo a su primero a pies juntos, estático y con temple mandón fueron de “usía”, pero las recriminaciones habían empezado ya. Luego se vería que “Joselito” no demostró en este gran toro de Alcurrucén ser la primera figura que es en Méjico. Su faena se diluyó entre ganas de hacer y ganas de agradar y salió un pastiche criticable dada la calidad de su oponente. En el mansísimo 5º tardó mucho en llevarse al tercio al cornúpeto cosa que debió hacer desde el principio dada su clara condición. Pasados 4 minutos de intentos del torero y de huidas del burel, ambos llegaron al tercio del tendido “3” donde el mejicano le endilgó 4 series mandonas y en cercanías que el público agradeció. Una estocada, algo desprendida, y una muerte pronta, y Adame se llevó una oreja (ita) que le supo a Gloria.

Del Álamo no estuvo inspirado esta tarde. Es cierto que su lote no demostró demasiado celo en sus lidias, pero debió intentar buscar terrenos más adecuados para las condiciones del 6º, que no parecían tan malas como se tuvo que ver. En el 3º había comenzado bien su faena pero pronto se encabritó el burel y no se dejó domeñar por el salmantino. Una estocada buena acabó con la vida de su primer toro, que entró en la suerte sin humillar debido, creo yo, a que las varas traseras y descompuestas de J. F. Peña no ahormaron debidamente las embestidas del de “Alcurrucén”.

Estocada de Juan del Álamo al 3º

De los de a pie destacamos un buen 1º par de Juan Carlos García y su tenacidad en colocar con pudor el 2º, lo que le costó 3 intentos. Miguel Martín y Fernando Sánchez saludaron montera en mano tras parear al 2º de la tarde; más ortodoxos los pares del ex matador, muy efectista el del buen 3º. La lidia de “Jarocho” al 3º fue buena, y los pares que le colocó a este toro el gran Domingo Siro merecieron mayor reconocimiento.

Luis Viloria picó muy trasero en su primer encuentro y trasero con carioca en el 2º, como se puede ver.

Óscar Bernal picó traserillo, midió el castigo y sangró debidamente.

Trasero el primer puyazo de Juan Fco. Peña, y descompuesto el 2º. Una pena, pues el serio y bien hecho toro de Alcurrucén prometía algo más de lo que al final llegó a dar.

Germán González se coloca demasiado cerca de la raya de protección con lo que se dificulta la puesta en suerte de los toros y se corre el riesgo de picar trasero. Su 1º puyazo fue traserillo y su 2º trasero.

César Morales se situó muy cerca de la raya de picar. Su puyazo cayó muy trasero; era el 2º que recibía el manso 5º que había tomado el primero en el tendido “5” de manos del reserva “Óscar Bernal”; traserillo.

De reservas y guardadores de puertas.

Los engolados locutores de Movistar +, cuando anuncian los picadores que van a actuar solían decir, cuando yo aún les escuchaba, algo así como: “Salen los varilargueros al ruedo; picará Pepito Pérez y guardará la puerta (sic) Fernandín. Pues no, señores. Me explico:

Varilargueros eran aquellos toreros de a caballo con vara larga que hasta el tercer tercio del siglo XVIII servían en las corridas como cuidadores de las gentes de a pie “largando” de sus querencias a aquellos morlacos que ponían en peligro la integridad física del peonaje; esa era su principal e importante misión. Por ello vestían de seda y plata diferenciándose de los demás toreros. A la puerta de toriles se solían poner uno o dos de ellos, dependiendo del orden existente en la lidia, con objeto de largar a los terrenos de la lidia de a pie a aquellos toros querenciados. Por ello se decía que “guardaban” la puerta. Pero el tránsito del toreo a caballo durante el citado siglo XVIII, en su tercer tercio, propició la aparición del picador con vara corta, de detener, cuyo trabajo definía Pepe Hillo en su Tauromaquia, escrita en 1793 y publicada en Cádiz en 1796, y que consistía primordialmente en ahormar a los toros para adecuarlos a la faena de muleta, que ya empezaba a ser importante en aquellos años. Por ello hemos de censurar, y censuramos, el que aún en el siglo XXI se siga educando a los espectadores televisivos aludiendo a “varilargueros” y a puertas que guardar, siendo lo cierto que el picador de reserva no suele estar en ninguna puerta y, además su posición ha de variar para situarse equidistante con el lugar que ocupe el de tanda que será el adecuado a las condiciones de bravura del morlaco.

Para este asunto, léase: “La saga de los Merchante. El tránsito del toreo a caballo”, publicado por la Unión de Bibliófilos Taurinos”.