La fiesta de los toros con origen desde que los íberos llegaron a nuestra península y la  dieron el nombre propio de ibérica con ellos llegó un animal, el uro, como el toro de lidia actual que lo cazaban con ardides moviendo y agitando las pieles de su primitiva vestimenta para cazarlo y utilizando su carne para la alimentación. Para que resultase más fácil cazarlo y someterlo se ideó formar una cerca con palos. Estas faenas presenciadas alrededor de la empalizada por bastante gente con curiosidad. De esta manera se inició el espectáculo taurino hasta nuestros tiempos con perfección de las acciones taurinas en nuestros actuales cosos. En nuestros días la actual temporada del 2013 se ha observado floja asistencia de público en La Monumental de Las Ventas. Plaza de temporada y con festejos los domingos y fiestas de guardar más la feria de san Isidro y la de otoño. Este año de 2013 se ha acusado la crisis económica que afecta a España pero hay que buscar remedio a esta situación que puede ser preocupante para los empresarios. La solución está en hacer aficionados a los niños e interesarlos por la fiesta de los toros, la fiesta nacional. Todos los que somos aficionados veteranos nos hemos iniciado desde niños por nuestros abuelos o por nuestros padres primero jugando con toros de cartón, con muleta, con capote y nos han llevado a los toros desde temprana edad. Algunos, en ocasiones, han acudido a ganaderías a ver el toro en el campo, verlo de cerca y en tentaderos. Para que los niños tengan ocasión de ver los festejos taurinos y aprendan el desarrollo del toreo hay que facilitarles que acudan a las plazas de toros. Gustaría ver a los niños en los tendidos con sus padres o abuelos. Las facilidades para que acudan a los festejos pueden ser en entradas más baratas al aficionado que acuda con un niño, regalar en los colegios entradas colectivas por los empresarios. Recuerdo en los carteles antiguos entre las advertencias que se solían hacer en tardes, había una que decía «los niños que no sean de pecho necesitan billete», o sea se cobraba a todo niño que anduviera. Esta advertencia ya no se publica pero los niños tienen que entrar en la plaza con localidad que ya podría ser con alguna consideración económica. Así se animarían los abuelos y los padres a llevar a sus nietos o hijos menores de edad y se haría afición taurina en favor del deterioro de la fiesta. De esta manera habría más futuros toreros y aficionados. Ideas puede haber como esta que puedan acudir a los cosos taurinos los niños así decimos lo que dirían las plazas de toros «dejad que los niños se acerquen a mí».

 

José Julio García

Decano de la Crítica Taurina

Periodista – Escritor 

Escalera del Éxito 103