Informa desde Venezuela. Rubén Darío Villafraz. Periodista Taurino

Nuevamente las condiciones y virtudes del espada tachirense Jesús Enrique Colombo han quedado evidentes, en esta ocasión de lujo, en el marco de la novillada de la Feria del Toro, o lo que es lo mismo, la Feria de San Fermín 2017, en Pamplona, el pasado miércoles. Par de orejas, las que les cortó al quinto de la función, fue las que cortó el mencionado coleta, las que le permitieron salir en hombros de los costaleros que lo pasearon por las principales calles de la capital navarra.

El primer oponente de Jesús Enrique Colombo, tal y como señala la reseña de nuestro compañero de www.cope.es, Sixto Naranjo, fue un animal que duró un suspiro en la faena de muleta. Su falta de raza le hizo echarse al poco de comenzar el trasteo. Antes, el venezolano había manejado con soltura el capote y colocó banderillas con facultades.

Sin embargo, Colombo se sacó la espina con el quinto, un novillo manejable pero de escasa raza con el que estuvo a un gran nivel. Corrió la mano con temple cuando el animal lo permitió, pisó los terrenos de cercanías con firmeza y se sobrepuso a una fuerte voltereta de la que salió KO tras ser arrollado por el novillo ya en el suelo. Como colofón, un perfecto volapié tanto de ejecución como de colocación. Las dos orejas cayeron por mayoría de pañuelos.

Compartió cartel con los novilleros españoles Javier Marín (oreja y silencio tras aviso) y Antonio Catalán “Toñete” (silencio y silencio tras aviso), en la lidia de utreros de El Parralejo, bien presentados aunque de desiguales hechuras y remates. Conjunto manejable en distinto grado pero muy faltos de raza y chispa. El más completo fue el 6º. El 2º llegó a echarse durante la faena de muleta, en festejo donde se rozó los tres cuartos de plaza.

Este domingo de nuevo Jesús Enrique Colombo estará en el centro de la mirada de los aficionados, pues por tercera ocasión en poco menos de dos meses estará presentándose en Las Ventas.