Tres países de gran raigambre taurina como son España, México y Francia, han recibido el homenaje del Club Financiero Génova de Madrid, por su compromiso de libertad para un espectáculo cuyo fundamento, más allá de la diversión, tiene un importante significado cultural y social.

 

La Comunidad de Madrid, impulsora de la tauromaquia como Bien de Interés Cultural; el grupo de parlamentarios del Partido Popular empeñados en atajar los problemas de la ley catalana contra los toros; y la apuesta del estado francés para salvaguardar el toreo como Patrimonio Cultural Inmaterial; han sido los vértices de los galardones entregados esta noche en la sede del citado Club.

 

  

Otros premiados han sido los toreros mexicanos que tuvieron una feliz y reivindicativa participación en la última feria taurina de San Isidro en Madrid, el Club Cocherito de Bilbao por su amplia y brillante agenda de actos en su centenario, y el ganadero Juan Pedro Domecq por el ejemplo de una vida dedicada al toro.

 

El acto fue introducido por el presidente del Club Financiero Génova, Juan Pablo Lázaro, que al aludir a la historia de la entidad, la enmarcó como «punto de encuentro para negocios, pero ahora también de amigos y familia», y dedicando un recuerdo a los toreros desaparecidos y otros heridos, este año, simbolizados en «Antoñete» y Juan José Padilla.

 

El presidente del jurado, Juan Iranzo, tuvo palabras de agradecimiento para el secretario del mismo, el editor Vidal Pérez, «sin cuyo concurso sería imposible esta apuesta por el toreo», así como para el matador de toros retirado y pintor, Sebastián Palomo Linares, «maestro de estas dos actividades, que ha cedido su obra para enriquecer este acto».

 

Por los premiados el primero en intervenir fue el director-gerente del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid, Carlos Abella, que trasladó el ofrecimiento de la presidenta, Esperanza Aguirre, «de seguir luchando para que nuestra Fiesta pueda seguir celebrándose en libertad».

 

El embajador de Francia en España, Bruno Delaye, que en nombre del ministro de Cultura de su país, Fréderic Mitterrand, recogió el galardón como «Protagonista de la Fiesta Nacional«, dijo sentirse «orgulloso por recibirlo de nuestros amigos y hermanos, los aficionados españoles, con quienes compartimos el amor y la pasión por la Fiesta», advirtiendo que «este es uno de los lazos más fuertes que une a los dos pueblos». 

 

 

En representación de los parlamentarios españoles del grupo popular, el senador Javier Marqués, hizo hincapié en el compromiso de su partido con la Fiesta de los Toros, «por dos razones: por la libertad de creación artística y por la igualdad de los españoles ante la ley».

 

Por el Club Cocherito de Bilbao habló su anterior presidente, Leopoldo Sánchez Gil, para reafirmar los tres ejes sobre los que pivota la actividad de la entidad: «su bilbainismo, la defensa de la Fiesta y el compromiso de acercar el espectáculo a la juventud, explicándole que el toro es un animal privilegiado y que el torero es un héroe».

 

También el actual presidente del Club Cocherito, Enrique Villegas, dijo que «este trofeo pertenece a todos los socios, y estará en un lugar destacado de nuestras vitrinas y sobre todo de nuestros corazones».

 

Por la ausencia obligada de los toreros mexicanos que hacen campaña en su país -los matadores Ignacio Garibay, Joselito Adame y Arturo Saldívar, así como los novilleros Diego Silveti (éste, ya matador) y Sergio Flores- intervino en su representación el agregado cultural de la embajada del país azteca en España, Jaime del Arenal, que fue muy claro al decir que «el embate contra la cultura taurina española y mexicana está derrotado de antemano». 

 

El último reconocimiento fue para el fallecido ganadero Juan Pedro Domecq, cuyo hijo del mismo nombre dijo de él que «fue singular, único, y sólo tuvo el toro como eje de su vida. Nos deja un legado vivo, y seguro que no va a quedar en vacío: es la Fiesta Nacional, que une, y es la representación de España».