Se lidiaron cinco novillos-toros, de las ganaderías pertenecientes a la Asociación de Criadores de Ganado de Lidia, que correspondieron, respectivamente a Santa Rita, Ortuño, Santa Rosa, El Pinar y Rumiquincha.

Encastado, y de buen trapío, saltó el primero de la tarde perteneciente a la ganadería de Santa Rita, que le correspondió al matador de toros riobambeño Cruz Ordóñez,  que lo recibió muy bien  lanceándolo a la verónica, con su tinte artístico que lo caracteriza. Acudió muy bien al caballo, lo que Mariano  aprovechó para dar sendos quites por chicuelinas. Se dobló en su inicio de faena, y brindó derechazos de gran temple, donde supo entender al novillo que metía la cabeza en la flámula del torero. Su actuación se malogró por la espada, luego de dos pinchazos, que fue definitiva y paseó una oreja que el respetable nunca pidió. Con el cante, dio una vuelta al albero.

Al latacungueño Diego Rivas, le tocó un novillo manso y soso, correspondiente a Ortuño. Feo de pitones,  que no impidió que Diego lo reciba tratando de entender la embestida de su enemigo,  que se prolongó en toda su faena, y no transmitió con el tendido, ya que la misma era muy desigual. No pudo matar, echó dos pinchazos, y luego de la estocada, tomó el descabello. Silencio aunque saludó desde el tercio.

Pero las ganas de triunfar en otro país, y salir a ganarse a los quiteños fue lo que impulsó al español David Estévez. Recibió a su oponente de una manera muy artística, lo que gustó al aficionado. El novillo de Santa Rosa se dejó llevar y fue muy noble ante el madrileño. Entró al caballo con firmeza, lo que animó más al español, que se fue de rodillas al empezar su faena muleteril. Por esa entrega tuvo una pequeña voltereta, lo cual animó más  a  David, que ligó los mejores muletazos de la tarde  con la mano derecha, de trace muy artístico y sabiendo darle la distancia que se merecía al novillo, se fijó mucho en la arena y el novillo seguía humillando. Mató de una manera excepcional, cortando las dos orejas a su enemigo. Buena impresión del ibérico.

El ambiente era festivo en la Vistalegre, y Álvaro Samper, no lo quería apagar. Es por eso que se fue a por todas en el cuarto de la tarde. Un novillo de El Pinar, horrible de fenotipo, fue recibido por el quiteño con una bonita larga cambiada de rodillas, a lo que el novillo respondió con humildad, pero poco a poco se notaron arreones en sus embestidas. Álvaro, con mucha torería, le sacó muletazos de mucho arte y además por las ganas que le puso, sin olvidar su gran estocada, tocó pelo, cortando las dos orejas de su enemigo.

El caballero de la tarde, Enrique Cobo Montalvo, salió con muchas ganas de triunfo, pero el que le tocó en suerte, un novillo de Rumiquincha, no era para el arte de Marialva porque ante la presencia de los equinos, ni se daba cuenta de la presencia de estos. Pero fue hasta el primer rejón de castigo, en donde, se empezó a mover él mismo. Y Enrique le fue haciendo una faena más de caballero que de toro, porque el mismo no se dejaba torear. No lo mató, y cuando desmontó para hacerlo a pie, el novillo hizo de él con un fuerte arreonazo, por lo que pasó a la enfermería.

 

Reseña del festejo:

Con un tercio de plaza, se lidiaron 5 novillos-toros de desigual presentación de: Santa Rita, nº 20, noble, Ortuño, nº57, manso y soso, Santa Rosa, nº42, con buen trapío, El Pinar, nº14, feo de cornamentas, Rumiquincha, nº 114, malo para rejones. Pesos: 366,  330, 360, 330, 380 kilos.

 

 

CRUZ ORDOÑEZ

Oreja

DIEGO RIVAS

Saludo

DAVID ESTEVEZ

Dos orejas

ALVARO SAMPER

Dos Orejas

ENRIQUE COBO MONTALVO

No mató. Herido

 

 

Desde Quito, informa Santiago García