Siete toros de los de antes (Última parte)

Encampanados se nos quedaban mirando, se veía que no querían abandonar a las vacas pero tampoco acercarse a nosotros. Les echamos los bueyes y al principio parecían seguirlos humildes – moviéndose lentamente con ellos – pero en cuanto se acercaban a unos treinta metros de donde estabamos los caballistas con la piara de vacas berreaban, bramaban, escarbaban y arrancando romeros con los cuernos, pegaban carreras de un lado a otro; cansados volvieron grupas y desaparecieron entre el boscaje – rompiendo el cerrado monte –

Informa Saturnino Napal

Siete toros de los de antes (Parte II)

En su sustitución salió el enorme castaño oscuro. Muy abundante de cabeza, “cornivuelto” y de gran lámina. Huesudo y hecho. Levantaba la cabeza por encima de las tablas y barbeando resoplaba aire por la nariz. Bronco y difícil dio tres terribles caídas a la cabalgadura; se plantó en los medios y fue imposible torearlo por el respeto y el terror que infundía a los “coletudos”; le dieron un pinchazo y media con tan buena suerte que el “bicharraco” cayó muerto en la arena (…)

Informa Saturnino Napal